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LA PROSTITUCION INFANTIL

“No tengo miedo decía ella,
La sabiduría humana me dice
Que nací para vivir rodeada de la nada”
Borges

Por: Daniel González Hidalgo
Cada época marca el rumbo en el pensamiento de quienes definen el comportamiento, a partir de su motivación, ocupación o inquietud por las preguntas de la existencia o de la vida misma.

No es raro pensar que desde queel hombre tuvo uso de razón se haya cuestionado sobre lo que ve, y también sobre lo que no ve, que son verdades reales, pero que están en el alma y en la mente como un montón de posibilidades frente a lo que cree, vive o espera vivir.

Aristóteles cuando quiso cuestionar la verdad, se dio cuenta que la verdad no existe, que es solo un deseo constante por ser un buen ciudadano, allí, enese componente ético: en el buen vivir, está la clave para indagar con más profundidad sobre el sentido que tiene la persona en el mundo. Un sentido profundo que se define en el ideal de realización de sus ideales a toda costa como afirma Elmer Montaña, “La gente cree que los menores de manera voluntaria, libre y soberana deciden dedicarse a la prostitución y cuando el problema se maneja en esostérminos, la sociedad no se motiva para hacer algo por esos pequeños que en realidad están siendo explotados por un adulto sin escrúpulos.”1

Desde todo punto de vista la reflexión filosófica parte de un cuestionamiento humano, en la correspondencia a su propia identidad que resume los principios de razón pura, práctica y fina, entendida esta última como la capacidad para optar por lo mejor,lo que potencie la vida y le dé un sentido de profundidad a la existencia en el mundo. Para luego pasar a otros niveles más puramente formales como son la realización personal, la espiritualidad, las formas puras y los valores correspondientes a la axiología.

André Comte –a su vez en su texto la felicidad desesperadamente, define de una manera clara y distinta el término felicidad, esteamparado desde la acepción gramatical  con la significación personal que atañe directamente a la sabiduría, “si el potencial humano no nos ayuda a ser felices o a ser menos desgraciados, para qué la humanidad?”.2

Propone entonces un parecido directo entre lo que significa “humanidad” con la máxima concepción epicúrea del mundo, se es más humano solo cuando se renuncia a ladesgracia.

El autor además define la necesidad de que la persona apele a las ideas propias de la voluntad donde se logren surcar los ideales atravesando un camino mediado a la trascendencia de la inteligencia quien además de dirimir los razonamientos propende por una vida feliz.
Una vida feliz que está en cada rincón de la piel y del alma que se ahoga en ocasiones en la necesidadimperante por reconocer la propia vida para doblegar la memoria y reconocer un poco de egoísmo y de mentira en ese deseo constante por conseguir la verdad.

Una vida feliz que se hace a pulso en la medida del tiempo que nos quede por superar nuestros propios miedos y las maledicencias del destino.

Una felicidad bañada por el infortunio que delega en momentos remotos la esperanza deun algo que se ve a la vuelta de la esquina pero que lejos de nosotros se diferencia en el olvido o en las ansias de lo que vendrá por fin un día para establecernos inmóviles y tranquilos como si ya hubiéramos alcanzado lo que nuestra mente pretendía. LA VERDAD no a medias, sino la verdad en toda su manifestación. La felicidad en ocasiones la disfrazamos en posibilidad de ensueños apenados ypatéticos: “tal vez mañana sea feliz, tal vez descubra que mis miedos me frustran y me dejan más solo que nunca… tal vez me reconozca, tal vez ame y me amen, tal vez mi trabajo… Y así, esa felicidad se aleja de los días como se aleja la oscuridad cuando el sol renace en lo alto venciendo la oscuridad de las tinieblas. A tal punto Comte describe: “más vale una verdadera tristeza que una falsa...