Prostitución Juvenil
SEMANA DEINTRODUCCIÓN
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DÉCIMO GRADO
“Me siento mutilada”
No ha habido ni un solo día de estos últimos ocho meses en que Claudia Ximena Reyes, quindiana de 30 años, no se hayaarrepentido de haberse retirado los implantes mamarios que se puso hace seis años para aumentar el volumen de sus senos.
Reconoce que nunca estuvo conforme con los resultados de aquella cirugía estética,que le dio a su busto una talla 38, pero le dejó asimetrías y cicatrices visibles. “Pero eso no es nada –dice- en comparación con el resultado catastrófico que arrastro desde junio del año pasado”.Esta maestra de primaria, que vive con su esposo y su hijo de 13 años en Armenia, se enteró hace un año de que los implantes que usaba eran de la marca francesa Poly Implant Prothèse, o PIP, que, deacuerdo con las denuncias hechas entonces por usuarias europeas, y confirmadas por estudios posteriores, eran defectuosos.
No solo tenían un índice de rotura superior al de prótesis similares, sinoque se detectó que el gel de silicona que contenían no era el que sus fabricantes describieron en los documentos que presentaron para pedir los permisos sanitarios con miras a su comercialización enEuropa.
“Se trataba -explica Nathalie Lozano, abogada de la firma Lozano, Blanco y Asociados- de un gel que no alcanzaba el nivel de calidad requerido para estos implantes mamarios”.
Se calcula quealrededor de medio millón de mujeres en el mundo, particularmente de Europa y América Latina, llevaban PIP en su cuerpo cuando se divulgó la noticia; 15 mil de ellas estaban en Colombia.
El escándalo...
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