Psicóloga Clínica

LA HONESTIDAD PUEDE SER MUY CARA
En una mañana muy habitual, de aquellas en las que el sol resplandece convaleciente entre las nubes, en las que el viento nos previene de una ligera lluvia y sevuelve tan mordaz al abrir paso al proceso de fusión de unas cuantas pequeñas gotas, me encontraba a unas pocas cuadras de la Universidad y veía la conmoción de un día agobiado por el tránsito conturbadode vehículos y la tensión típica de las personas que aceleran el ritmo de su caminar, cada una con una expresión inconfundible en el rostro , algunas aunque no lo aseguren con palabras gritaban con sualma: "tengo tanto trabajo sin terminar", "el estado del tiempo es un asco", " "¿Cuándo podré al fin cruzar la calzada?", esto es en ocasiones lo que uno puede apreciar en un semáforo mientrasespera impaciente que éste cambie a su color rojo intermitente para dar un paso más en dirección a nuestros destinos.
En fin debía realizar un trámite para la diferenciación en el pago de mi pensión, escómico el recodar y comparar en una inquietante coincidencia la angustiosa espera de mi turno como lo fue el día anterior para juntar todos los documentos solicitados a cabalidad, error.
Aquel día dela entrevista nos presentábamos con mi madre dispuestas a entregar absolutamente todos los documentos requeridos, esperamos con afán el turno veinte y cinco, iban en el cinco, y sin permitir queesto nos desaliente decidimos leer un poco sobre las noticias actuales del periódico local, la espera en esos desgastados asientos azules acababa con mi paciencia, cuando al poco tiempo una joven sesituó en un cercano punto cardinal y nos comentó que esperaba a su madre con el último documento de un depósito que le faltaba para completar su carpeta, sin musitar propuso amablemente cedernos su turnosi su madre no llegaba a tiempo, cuando al fin fue mi turno ( en realidad el de la joven), la señora que nos recibió fue apacible y tenía un tono de voz amable, parecía muy apurada sin descuidar la...