Psicologia Trascedental














I.

el conocimiento
NUESTRO CASTILLO INTERIOR

Del libro “Las Moradas” o “El Castillo anterior” de Santa Teresa de Jesús.
No es pequeña lástima y confusión, que por nuestra culpa no nos entendamos a nosotros mismos, ni sepamos quiénes somos. ¿No sería gran ignorancia que preguntasen a uno quién es, y no se conociese, ni supiese quién fue su padre, ni su madre, nide qué tierra procede?. Pues si esto sería gran bestialidad, mayor será sin comparación, la que hay en nosotros cuando no procuramos saber qué cosa somos, sino que nos detenemos solamente en estos cuerpos, y así, a bulto, porque lo hemos oído y porque nos lo dice la fe, sabemos que tenemos almas. Pero qué es nuestra alma, qué bienes puede haber en ella, o quién está dentro de esta alma, o elgran valor de ella, pocas veces lo observamos, y así se tiene tan poco cuidado en conservar su hermosura.
Pues bien: para comenzar con algún fundamento, imaginemos nuestra alma como un castillo todo de diamante o muy claro cristal, adonde hay muchos aposentos, así como en el cielo hay muchas moradas. Que si bien lo consideramos, el alma del justo no es otra cosa sino un paraíso donde el Señor tienesus deleites.
Pero no debemos entender que estas moradas u aposentos están uno tras otro, como en hilada, sino pongamos nuestros ojos en el centro que es la pieza o la morada en la que está el Rey, y alrededor de ella están muchas otras a la que comunica con su luz como un Sol que ilumina todo este hermoso palacio, y nosotros podemos gozarlo y recorrer a nuestras anchas, pues Dios nos dio taldignidad.
Y ¿qué tal les parece este Castillo en donde un Rey tan poderoso, tan sabio, tan limpio, tan lleno de todos los bienes se deleita? No hallo yo cosa con que comparar la gran hermosura de un alma y su gran capacidad.
Desgraciadamente, todo se nos va en observar y cuidar estos cuerpos que no son sino la grosería del engaste exterior o cerca de este Castillo, y nunca procuramos penetrar alinterior. Pues si consideramos que este Castillo tiene, como he dicho, muchas Moradas, en lo alto, en lo bajo y a los lados; en el centro y mitad de todas éstas tiene la más principal, que es adonde pasan las cosas de mucho secreto entre Dios y el alma.
Pues bien: ahora veamos como es que podemos entrar en este Castillo de nuestra alma:. Ya que pareciera que digo un disparate, porque si esteCastillo es nuestra alma, claro está que no hay que entrar en él, pues es el propio Castillo: y parecería desatino decir a uno que entre en una pieza estando ya dentro. Pero debemos entender que va mucho de estar a estar; que hay muchas almas que prefieren estar en la cerca del castillo entre las sabandijas del exterior y no se les antoja para nada entrar adentro, ni preguntar qué hay en aquel tanprecioso lugar, ni qué piezas tiene, menos aún investigar quién está adentro. Quizá habráis oído en algunos libros de oración, aconsejar a el alma a que entre dentro de sí; pues esto mismo es.
Pero si esas almas no procuran entender y remediar su gran miseria, se habrán de quedar como estatuas de sal tal como la mujer de Lot, por volver la cabeza hacia atrás. Porque en lo que yo puedo entender, laúnica puerta para entrar en este Castillo es la oración y la meditación; no digo más mental que vocal, que como sea oración ha de ser con consideración, porque quien no advierte con quién habla, y lo que pide, y quién es quien pide, y a quién, no llamo yo oración, aunque mucho menee los labios.
Y están esas almas tan tullidas, que el mismo Señor tendría que venir a mandarles que se levanten como elque tenía 30 años en la piscina, para que al fin, tímidamente se decidan a voltear a ver el Castillo, pero muy metidas en el mundo. Y alguna vez en un mes, rezan con los ojos llenos de lágrimas, el corazón atiborrado de mil negocios y el pensamiento de ordinario en esto, porque están tan atados a ellos que, como dice la Escritura: “Ahí donde está su tesoro, ahí está su corazón”.
Sin embargo,...