Razonamiento
Éste era un hombre al que las divinidades habían decidido castigar, debido a que, gracias a su astucia, siempre salía libre de todas las fechorías quecometía.
Valiéndose de un oráculo, le comunicaron que le estaba prohibido decir una verdad, y que el día en que hiciese lo contrario, ciertamente moriría.
La noticia le cayó como anilloal dedo. Su soberbia se hizo tal que hasta llevó el arte de la falsedad al mundo onírico.
Las divinidades se convencieron de que nunca le llegaría la hora a nuestro hombre. Así querepentinamente enfermó su madre, y fue internada por la gravedad del caso.
El hombre se olvidó de sí mismo y clamó a las divinidades que la salvaran. Lo dijo con tanta convicción que a la mañana siguientesu madre curó, empero nuestro personaje cayó en un sueño del cual nunca retornaría.
SEUDÓNIMO: Maese Pedro.
NOMBRE REAL: JOHN CUELLAR
LA CUCHARA DE DIAMANTENadie supo ni se preguntó cuándo y cómo había aparecido aquella cuchara de diamante en una casa como ésa, donde los platos destartalados fungían de utensilios. De lo que sí estaban seguros era que desdesu aparición ella pertenecería al jefe del clan. Como único objeto de valor, la cuchara se transfería de sucesor a sucesor; aunque su posesión implicaba una muerte prematura, pero nadie estabaconsciente de ello.
Cincuenta y siete años después de que el primer heredero recibiera la cuchara de su padre, en el único laboratorio de la ciudad, nuestro personaje que había visto la luz añosatrás, apenas moría la madre, descubría por fin la causa de la muerte prematura de sus antepasados: aquella cuchara no era diamante, sino boro. El alquimista que lo había elaborado, seguramente obtuvo laforma cristalina disolviendo boro en aluminio fundido y enfriándolo lentamente.
SEUDÓNIMO: Maese Pedro.
NOMBRE REAL: JOHN CUELLAR
EL GRITO
Todos callan ante el...
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