Reflexiones sobre los modos innovadores de ejercer la enseñanza

REFLEXIONES SOBRE LOS MODOS INNOVADORES DE EJERCER LA ENSEÑANZA

“Aprender, en el fondo, es hacerse obra de uno mismo”
Meirieu, Pillipe (1998)




INTRODUCCION


Del discurso al transcurso de lo que acontece en el aula hay un profundo proceso que nos implica como sujetos en lo particular y universalmente en un mundo atravesado por cambios estructurales que nos exige lade-construcción y construcción de nuevos paradigmas en la configuración social. En esta contextualización, caracterizada por Z. Bauman(1), como los tiempos líquidos, configurar el rol del sujeto enseñante ( acostumbrado a los modelos rígidos de la escuela moderna) no es tarea sencilla, más aún si tenemos en cuenta que dicha función social responde a concepciones ideológi- gicas fuertementearraigadas no solo en educación sino en cosmovisiones culturales del hombre que actúan como matrices del pensamiento o preceptos conceptuales que dirigen el accionar de todos los sujetos de una sociedad.
Estos modos de entender la enseñanza y con ella los modos de aprender legados de la modernidad, actúan en la singularidad de los sujetos enseñantes pero también en los sujetos de aprendizaje y sucontexto familiar y social. Lo cual emerge en la práctica cotidiana presentándose como verdaderos obstáculos en las propuestas de innovación.
El propósito de este trabajo radica en el interés de analizar al menos algunos aspectos de esta cuestión que afecta nuestra tarea en el aula.




DESARROLLO


Las nuevas propuestas pedagógicas presentan a la enseñanza como una práctica social intencionalque tiene como finalidad la transmisión del bagaje cultural que posibilitará a los sujetos de aprendi- zaje desarrollar las capacidades y habilidades necesarias para incluírse productivamente en el proce- so socio-cultural-político en el que transcurre su existencia. La innovación pedagógica señala la importancia de entender a los sujetos de aprendizaje como “semejantes” en su humanidad, concep-ción que trasciende la necesaria asimetría en la relación docente/estudiante; esta concepción incluye principalmente la idea de educar para la libertad, es decir, para que el estudiante pueda construir progresivamente su autonomía en el pensar, conocer y actuar.
En este sentido múltiples autores coinciden en señalar que el concepto de enseñanza que encierra al docente en ser un mero transmisor desaberes debe ser subvertido en un nuevo rol que lo define co- mo un mediador “entre los conocimientos y prácticas culturales y las personas que aprenden” (2) . Respecto a ello, Javier Onrubia dice que desde la concepción constructivista debe entenderse a la enseñanza como una ayuda al proceso de aprendizaje, pero que “la enseñanza no puede sustituir la actividad mental constructiva del alumno niocupar su lugar”. (3)
Plantea además, que esta ayuda debe ser ajustada a la situación contextual y al alumno en particular, de modo tal que la ayuda ofrecida “conecte” de algún modo con los esquemas de conocimiento del alumno partiendo de los significados y sentidos de los que disponen, y que, al mismo tiempo provo- que retos abordables por él, es decir, desafíos que puedan ser afrontados desdesus propias posibilida- des y de los apoyos e instrumentos que reciba del profesor y de otros compañeros más expertos. (4)

Este modo de concebir la enseñanza pone en cuestionamiento concepciones del hombre y modos de interacción humana que han marcado teorías y prácticas en los modos de enseñar y de aprender, y que en la actualidad persisten a la manera de tradiciones fuertemente arraigadas enel proceso de enseñanza .
Esta tradiciones no solo afectan a las instituciones educativas y a los docentes sino a la comunidad educativa en su conjunto, haciéndose visible y funcionando muchas veces como verdaderos obstá- culos para pensar y actuar en el aula.
Es de interés, entonces, analizar como se actualizan estas tensiones en el vínculo pedagógico, interrogándonos sobre la disposición de...