Relato En El Estado Bolivar.

Mi Odisea en Venezuela.

Martínez, Pamela
Caracas, Mayo 2012
Todo día comienza esperando a que algo asombroso suceda. Pero, para que ocurra, tiene que existir una pizca de esperanza y un lote de esfuerzo…
Hola, Soy Paul, periodista recién graduado de la Universidad de Bogotá. A pesar de que no soy venezolano,siempre he amado a Venezuela, es mi país vecino. Desde el momento en que vi fotos de Canaima, que me trajo mi abuelo cuando fue a visitarme a Colombia, tendría 12 o 13 años, quedé fascinado.
No había tenido la oportunidad de viajar hasta hoy. En fin, estoy aquí porque mi primer trabajo me ha dado la oportunidad de hacer un reportaje sobre el Estado Bolívar. ¡Por fin conocería el Salto Ángel!
Lleguéal Aeropuerto de Maiquetía, y luego tomé un vuelo nacional hasta mi destino: Aeropuerto Tomas de Heres de la capital, Ciudad Bolívar. Ahora estoy aquí, en la región suroriental del país, en un estado que ocupa 238.000 km2 (26.24% del territorio nacional) y una población de 1.215.000 millones de habitantes. Veo las guacamayas y sus hermosos colores, sus majestuosos paisajes… ¡Todo! Menos mal queme traje bastante memoria para mi cámara.
Previamente ya había investigado un poco sobre el Estado, cuándo se fundó, su extensión, sus inmensos recursos hídricos, mineros (extracción de oro, diamantes, hierro y bauxita) y su impresionante desarrollo industrial, e incluso de “El Museo del Orinoco” exhibición del órgano de opinión de los Patriotas frente al mundo en 1810, “El Correo delOrinoco”, entre otros. Sin embargo, quería encontrar a alguien que me demuestre lo impredecible, cosas que no todo el mundo sabe.
Mi primer destino fue el Orinoco. De mochilero me voy, unos pantalones a la rodilla, botines y camiseta, el calor mezclado con la humedad es casi insoportable. Sin embargo, no podía irme tan descubierto, porque al caer la tarde los insectos me comerían. Desayuné un sabrosopescado “zapoara” que se acostumbra a comer sin cabeza. Terminé y decidí irme con un grupo indígena, llamados pemones... Nos montamos en kayaks, y empezó la aventura. Navego, no sólo, sobre el motor de la economía que genera alrededor del 75% de la electricidad, sino también sobre uno de las más asombrosas corrientes de la historia.
Nos detenemos en lo que parece una tribu indígena adescansar y ver las artesanías de esta etnia. A lo lejos visualizo de manera borrosa a una dama cabello oscuro, enrulado, delgada y estilizada; envuelta en una tela extraña que nunca había visto, eran guayucos. Claro que ahora la mayoría de los indígenas se visten criollo- occidental, por eso me asombró tanto.
Nos detuvimos a descansar, ella al sentir nuestra presencia empieza a recoger sus cosas,deja de meditar. Se le acerca una gran ave, realmente grande. Era una Águila Arpía, animal emblemático de este exótico Estado. Atontado por el comportamiento del ave frente a los humanos, pierdo la vista de esta hermosa muchacha. Me volteo, a buscarla con la mirada y de la nada:
- Hola, me llamo Tayel. – yo no respondo. - Tengo 15 años y estoy estudiando español, ¿te gustan las aves?
* Sí,claro que me gustan. Mi favorito es el colibrí.
* ¡Ven! ven! te mostraré- y Tayel sale corriendo- ESPERA..!!!!
* ¡Espera, Espera!. Llevo 10 minutos corriendo detrás de ti. ¿a dónde vamos?-ella responde- A un lugar mágico, voltea a tu derecha.
Subo la mirada, de repente, todo deslumbra. Era una manada de colibríes. Miles y cientos de alitas agitándose a 10000 p/s. Arcoíris, mezclas decolores imposibles... Tomé fotos y nos quedamos ahí por unos minutos. Escuchamos gritar a alguien: “Tayel!” -Tenemos que regresar.- ella dijo- está bien.
Regresamos a la tribu, todos estaban listos para volver a partir. - Adiós, Tayel! Espero volverte a ver. - la escucho gritar algo, que no entiendo pero al agitar su mano, se que se está despidiendo. Regresamos a la Posada, tiro todo en el...