Relato

Parece mentira que nos encontremos en este momento, sí, ha pasado mucho tiempo desde aquel el día en que de la mano de mi abuelo Pepe, con mi “babi” del colegio, y mi talega con mi desayuno, midispusiese con nervios a entrar por esa cancela, una cancela que me abrió paso a un lugar que me vería crecer día a día desde mi niñez hasta mi adolescencia ya con 16 años, y ahora nos encontramos todos eneste día tan especial, el día de nuestra graduación,en este señalado lugar en el que siempre nos reunimos cuando hay un acontecimiento importante, la capilla del colegio de la Compañía de María, y seme viene a la cabeza el relatar unas palabras que seguro que a todos nos llegarán al corazón, de lo que a sido mi vida en este centro durante 12 largos y buenos años.
Entré siendo un niño con apenas3 años, y me marcho siendo un adolescente preparado para afrontar una nueva aventura, el bachiller, que es el paso previo a la universidad. En el recuerdo cuántos buenos momentos he podido compartiraquí con todos mis compañeros, los teatrillos que hacíamos de pequeños, excursiones, fiestas de fin de curso, días como el de la Niña María o el de Santa Juana de Lestonac,... Y sin olvidar porsupuesto a todos los profesores que hemos tenido durante nuestra estancia en el colegio, que tanta ilusión y esfuerzo han puesto para nuestra buena educación y de los que sé que seguro la seguirán teniendopara preparar bien a las generaciones futuras. Algunos me han marcado fuertemente, como Don Alberto Coto, un hombre que nunca olvidaré, y que no solo transmitía conocimientos sino también su peculiarforma de ser, y su alegría vital.
Por otro lado, creo que he asumido bien los valores morales y cristianos que me a brindado el colegio, siempre fiel a la ideología que nuestra fundadora Santa Juanade Lestonac inculcó, y que por ello siempre diré, que este colegio no solo forma a estudiantes, sino también a personas, y como persona estoy orgulloso de permanecer a esta gran familia, porque...