Señor

“LA SENSACIONAL JUNTA DEL ESCUADRÓN INTELECTO”

Mis amigos los filósofos y, desde luego yo, nos preparábamos para nuestros análisis diarios de una manera muy singular. Primero, Perezperezperez, se paraba en la mesa y ondeando su brebaje decía:
-Damas y caballeros, como cada lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo, doy inicio a nuestra importantísima junta, con el fin deresolver los enigmas naturales que conllevan a despertar nuestros espíritus analíticos de investigación, y que desde luego necesitan de nuestro riguroso sentido de crítica. Bien, ahora ¿quien tendrá el honor de comenzar?
Mis teorías y argumentos, que consideraba en ese momento serían, los más importantes, no merecían abrir nuestra indispensable sesión. Por ese motivo preferí aguardar a quealguien más iniciara.
-Comenzaré yo. -dijo Nina Ninota- Resulta que hoy por la mañana desperté más visionaria que nunca, mi cerebro entró en un estado de “retroalimentación sideral” que me dotó de una particular habilidad mental. Concebí un mayor poder creativo, que ausentó mi “yo material” para transformarlo en energía omnipotente y puramente sabia. Sin embargo a los pocos minutos, mi cuerpodesechó de manera orgánica aquel maravilloso don. Una vez que el don es expulsado del cuerpo, ya no luce tan poderoso, si no más bien incómodo y repulsivo, esto debido a su pestilente olor. Mi conclusión es, que los enriquecimientos cerebrales espontáneos pueden ser omitidos por medio del proceso de excreción.
-Interesante punto, señorita Nina Ninota -festejé, ansioso por compartir misideas.
-Continuaré yo. -dijo Perezperezperez, ex catedrático de la “universidad de las letras perdidas”, con doctorado en crisis gramatical- Quiero dar a conocer a todos ustedes mi más grande descubrimiento hasta ahora. -en todas las juntas decía lo mismo- Se trata pues, de las mas objetivas denominaciones naturales, ya que por medio de un arduo proceso reflexivo me di cuenta de que lastonalidades confiscadamente banales, atribuyen la sagacidad argumentativa, desprestigiando de una manera incongruente los místicos afrontamientos cotidianos de solemnidad, que quedando expuestos a los matices vitales, se convierten en la víctima exasperada de la colectividad prevaleciente hasta entonces de catastróficas carencias mordazmente existencialoides.
-¡Fenomenal!, -me atreví a opinarapresuradamente- como siempre nos ha dejado atónitos. ¿Quien quiere ser el siguiente?
-Yo seré -contestó Alfredo Cuadrado, un matemático frustrado cuyo único propósito en la vida era resolver una extravagante y descomunal ecuación, que según él, probaría la existencia o inexistencia de Dios. Este curioso hombrecillo, tenía el reprobable hábito de sumar y restar todo lo que veía, incluso cuandohablaba, notábase que su cerebro se ocupaba al mismo tiempo de contar los cabellos del escucha receptor, o bien las puntadas de alguna cortina cercana. Era un adicto al cálculo.
-Que bien señor Alfredo Cuadrado, ilústrenos con su portentosa sabiduría.
-Como todos ustedes saben, sigo intentando establecer un valor de cifras numéricas al ente supuestamente creador que conocemos por el nombre deDios. Quiero hacerles saber que ayer por la noche, poco después de acabar nuestra sesión, agregué cierto procedimiento a la “ultra ecuación”. Para no saturarlos de lo que a sus ojos no son más que trivialidades aritméticas, explicaré de manera breve en qué consiste tal procedimiento:
Tras haber elevado al cubo todas las notaciones exponenciales, para después sustraer el residuo y agregarlo a unvalor de caracteres algebraicos, una tremenda jaqueca que le atribuí de inmediato al estrés, me tomó por sorpresa, fue entonces que decidí darme un instante de recreación poniendo en práctica mi mejor pasatiempo; conté los agujeros de las polillas en la cómoda de mi habitación y saqué perímetros irregulares de las manchas amarillentas del techo. Mientras mi mente juguetona gozaba de aquellos...