Sexo, mentiras y películas: la comunicación homosexual ante las pantallas grandes
La comunicación homosexual ante las pantallas grandes
Por: María Teresa Muriel Ríos
Camina despacio, sonriente y angustiado, se seca con su arrugado pañuelo blancoel sudor de la frente, que el sol del medio día le ha regalado descaradamente. Entra a una cafetería para hacer tiempo y esperar la hora de la alegría, pero siente que todo el mundo lo mira, no seexplica si es por su pelo despeinado y sucio o por su camisa manchada y medio abotonada.
Ya son las 2:30 de la tarde y Prudencio Mejía (antropólogo graduado, pero sexoadicto aficionado), se prepara paraver, sentir y eyacular... Ingresa al Teatro Sinfonía, allí lo esperan Alfonso, Rodrigo, Luna, Magda y Estrella, para enlazar salivas excitantes, sudores transformadores, suspiros agonizantes,humedades delirantes.
Compra su boleta, entra y el mundo estalla en sus ojos, espera y desespera por los orgasmos; le satisfacen sus anhelos y él besa una cintura, acaricia una espalda y aprisiona lalocura. ¡Un grito de felicidad!
Sí el italiano Giovanni Pappini presenciara la escena anterior, seguramente tendría que ir al doctor; basta leer el comienzo de su novela GOG, para darse cuenta de quepara él, entre menos juntos, mejor “nada más repugnante que todas aquellas bocas que se abren, que aquellos millares de dientes que mastican, los ojos atentos, ávidos, brillantes, las mandíbulas que secontraen y se mueven. Esta falta de vergüenza hasta en aquellos que se creen nobles, refinados y espirituales, me espanta”.
Pero en el centro de Medellín hay muchos jóvenes y ancianos que no están deacuerdo con el escritor italiano y por el contrario viven y mueren por integrarse y desintegrarse en varios cuerpos, en varios baretos, en varios bazucos y en varias salas de cine porno. Por eso elteatro Sinfonía, el Capitol, Villanueva y el Radio City abren sus puertas a las más variadas prácticas sexuales y a toda clase de fantasías, pues en estos lugares se establecen mitos y se crean...
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