Sobame bien el orto
El individuo no actúa sino cuando experimenta una necesidad, es decir, cuando el equilibrio se halla momentáneamente roto entre el medio y el organismo: la acción tiende arestablecer ese equilibrio, es decir, precisamente, a readaptar el organismo (Claparède). Una “conducta” constituye, pues, un caso particular de intercambio entre el mundo exterior y el sujeto; pero,contrariamente a los intercambios fisiológicos, que son de orden material y suponen una transformación interna de los cuerpos que se enfrentan, las “conductas” que estudia la psicología son de ordenfuncional y operan a distancia cada vez mayor en el espacio (percepción, etc.) y en el tiempo (memoria, etc.), y siguen trayectorias cada vez más complejas (rodeos, retornos, etc.).
Así concebida entérminos de intercambios funcionales, la conducta supone dos aspectos esenciales y estrechamente interdependientes: uno afectivo, otro cognoscitivo.
Diremos, pues, simplemente, que cada conducta supone unaspecto energético y afectivo, y un aspecto estructural o cognoscitivo.
Pero si toda conducta, sin excepción, implica así una energética o una “economía” que constituye su aspecto afectivo, losintercambios que provoca con el medio comportan igualmente una forma o una estructura determinante de los diversos circuitos que se establecen entre el sujeto y los objetos. Es en esta estructuración dela conducta donde reside su aspecto cognoscitivo. Una percepción, un aprendizaje sensomotor (hábito, etc.), un acto de comprensión, un razonamiento, etc., vienen a estructurar todos, de una manera uotra, las relaciones entre el medio y el organismo. Allí es donde presentan ciertos parentescos entre sí: parentescos que los oponen a los fenómenos afectivos. Sobre este particular, hablaremos...
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