Sobre Koyaanisqatsi

Koyaanisqatsi, pese a ser una película elaborada en 1982, tiene tristemente aún gran vigencia. Los escenarios de violencia no han cambiado, a lo sumo, han aumentado; pues comienza mostrando paisajesnaturales de gran belleza, que eventualmente se ven interrumpidos, descompuestos, por la presencia de artefactos y construcciones humanas, como fábricas y torres de cableado de telecomunicaciones yelectricidad. Lejanos parajes solitarios se ven, de repente, conectados por lazos artificiales, tuberías y cables; después, aparecen, casi "florecen", en medio de la nada salinas, represas y torres endonde el cemento frío y gris agrega un triste color a la paleta natural. Le siguen explosiones, demoliciones, desde el centro de la tierra gracias a la actividad minera; la tierra se ve apuñalada porlos surcos de la agricultura; pero también, paulatinamente, las imágenes se aproximan cada vez más a la urbe, y también la destrucción y construcción, el constante flujo cambiante de edificacionesenormes que se ven reducidas a escombros, polvo del cual, muy probablemente, resurgirán nuevos monstruos de concreto.
Nadie habla, ¿quién podría hacerlo? Pues es el planeta el que se encuentra en agoníay hasta la fecha, no ha cambiado la situación, parece que la humanidad no termina de comprender que puede ser la voz misma de la tierra. Sólo escuchamos la música de Philip Glass que de maneraperfecta se alía con las imágenes y genera poesía. Sí, creo que es mediante la música que el planeta y la humanidad tienen cierta empatía. El ritmo de una tonada siempre acompasa o desentona con el latidodel corazón humano, un corazón que en realidad late con la misma fuerza del universo, en un sólo tono que muchas veces olvidamos escuchar.
Por supuesto, el protagonista no es ni la tierra ni lahumanidad, sino la vida. Ese caos natural y artificial en relación de tensión y choque. Incluso parece que las propias carreteras y el andar de las multitudes forman un sistema circulatorio en el...