Sobre Los Elementos De La Ficción (Ensayo)

Reseña 4 – Enfoques Críticos
ALGUNAS OBSERVACIONES SOBRE LOS PERSONAJES DE FICCIÓN
En “Confesiones de un Joven novelista” de Umberto Eco

De las varias dimensiones posibles de(en) la ficción

El plano de la realidad real y el de la realidad de los mundos posibles de la literatura son dos universos diferenciados pero que por momentos caminan en paralelo y por momentos parecen mezclarse enla mente de algunos lectores y hasta en la de los mismos escritores. Y pasa en varias direcciones. Personalmente no soporto a Mario Vargas Llosa, el ciudadano, el político, el hombre; esto hizo que por mucho tiempo no me atreviera a abrir sus textos y a leer sus historias por una especie de creencia de que acercarme a sus narraciones, era escuchar y aceptar al “facho” que en la realidad real, creoque es. Y no es que existan dos Vargas Llosa, pero definitivamente ahora creo que si bien con su lado escritor me alcanzo a sentir bien, estoy rotundamente seguro que con su lado político, no puedo coexistir.

De igual manera suele pasarme con algunos personajes a los que su espíritu reflejado en el papel, alcanza a trascender y se me hacen tan cercanos y tan posibles que terminar la lectura deun libro, se puede convertir en un proceso de desprendimiento duro y bastante cercano al luto. Me pasó con Quinto, Avellano y el resto de conejos de “La Colina de Watership” de Richard Adams (el primer libro que leí en mi vida); o con el médico y su esposa, ambos afectados por la ceguera lechosa en el universo de Saramago[1]; igualmente con Grenouille y su obsesión por el olor que me hizocambiar profundamente mi punto de vista (o de olfato), frente al mundo[2]. Todos estos personajes alcanzaron una dimensión tal que en su momento fueron mucho más que simples personajes: a veces fueron modelos a seguir o a resistir, a veces focos de compasión y de odio, a veces, incluso, se convirtieron en el alter ego de quien ahora escribe.

Con mi pequeño club de lectores, ha pasado algo similar.En ocasiones se vuelve una constante que se busque el parecido o la concordancia de ciertos personajes con los habitantes de ayer y de hoy de barrio Obrero real o se discute desde la erudición que brinda la experiencia, sobre la imposibilidad de que yo haya vivido o haya sido testigo de ciertas épocas de este populoso sector; incluso se llega al extremo de argumentar que el barrio Obrero del queescribo no es el barrio Obrero donde vivo. Tienen razón.

Umberto Eco, en su texto, plantea esta relación entre el lector, los mundos posibles y los habitantes de estos universos creados, como el problema central de su disertación[3]. Inicialmente plantea como el problema de este proceso de identificación no depende de la cultura lectora del potencial sujeto confuso: así como el sujeto amante delas novelas puede identificarse y amar a Pedro Pablo León Jaramillo en “El Capo” o solidarizarse con “El Cabo” de “El Cartel de los Sapos”[4], así mismo el amante de la literatura clásica asume el drama mortal de Efraín y María[5] o termina confundido con las extravagancias del Patriarca en su historia otoñal[6]. Y esto, sucede, porque ante todo, en la mente del lector, estos personajes, susacciones y sus historias, suceden, existen, incluso, aunque posean o no referentes en su propia realidad. Todo, según Eco, queda protegido y sustentado en el marco de ese acuerdo tácito entre el autor y el lector, en el que el concepto de lo irreal o de lo imposible, no coincide con el de ficción o el de relato; si así lo hiciera, si en la mente del lector apareciera la condición de estar leyendo algoalejado de la posibilidad de suceder, nadie querría ni podría afectarse por algo que no es, por algo que no está dentro de esta posibilidad de existir. Por eso el terror que supera el papel cuando se leen los sucesos de la mansión de Atmityville en “Aquí vive el Horror” de Jay Anson; por eso la angustia solidaria con el Padre de Justino mientras se narra su proceso de juicio y fusilamiento en...