Sobre los que recuerdan y los que investigan como posibilidad para una política reflexiva

Hay gente que vive algo y lo olvida. Hay gente que no vive algo, lo ignora. Algo puede ocurrir o haber ocurrido y algunos van a olvidar mientras que otros van a ignorar. Claro que, como todo esto es tan complejo, existen personas intermedias. Están los que viven algo pero deciden ignorarlo, defenderse con la ignorancia y acudir en su defensa cada vez que sea necesario. Están los que ignoran sergobernados por una ignorancia, y desconocen que hay algo por enterarse, actuando con la plena convicción de que nada ha ocurrido. También podemos identificar a los que ignoran todo pero hablan como si hubieran vivido algo cuando en realidad, y nuevamente, ignoran o muy poco saben de lo que sucedió. Tenemos una variedad relativamente grande de personas: los que ven, los que no ven, los que venmal, los que creen ver pero en realidad no ven. Claro que debemos señalar a los que andan por ahí viviendo cosas, como todo el mundo, pero que, a diferencia de los que relaté anteriormente, estos eligen recordar. Y acá nace la función política de la memoria, siendo que aquí se produce la alteridad. Si dos personas, una que ignora y otra que no recuerda, se juntan a tomar un café no harán política.Claramente. Harán alienación. Harán costumbrismos. Hablarán de lo que hablen, pero nunca harán referencia a un hecho causal que los haya determinado. No pueden. Porque, o lo desconocen o lo niegan. Y si encima ese “hecho” que prefieren silenciar los determina socialmente, se cierran a la identidad colectiva y a los factores de determinación cultural. Estas personas reunidas alrededor de un café,hablarán y seguramente se entenderán. Pero dejémoslo bien claro: se entenderán con el discurso dominante, con el políticamente correcto, volviéndose así trasmisores acríticos de una discursiva que toma cuerpo con la falta de compromiso por los “hechos” y por la verdad. Quizás esas personas vayan a votar en todas las elecciones y se piensen fieles demócratas del sistema republicano, pero ignoranque en su ignorancia dan por tierra el fundamento último que sustenta la posibilidad de alguna elección útil: El conocimiento de la verdad.
Los que vivieron y no olvidan se convierten en agentes sociales con potencialidad para el ejercicio activo de la democracia. Recuerdan lo que constantemente se fuerza por reprimir en la memoria. Traen a la conciencia lo que no conviene que esté ahí. Lo que nosharía cambiar de juicio o, cuanto menos, cuestionarlo. Son los que comprenden que hay un factor ético muy importante puesto en juego. Que el silencio jamás es inocente. Y si hablamos de personas que vivieron directamente las consecuencias nefastas de un gobierno de facto, se comprende que no sólo no es inocente sino que además es perverso. Porque muchas veces la historia es la interpretación queda de los hechos el gobierno de turno, es el recurso sobre el cual echa mano para argumentar sus decisiones políticas. Así, el poder tergiversa lo sucedido de acuerdo a la finalidad que apunte. De aquí que su transmisión no se realiza sin dobles intenciones. De aquí que nosotros, el pueblo, debemos estar atentos a la lectura de los acontecimientos que haga el poder, que el poder (siempre através suyo) nos haga llegar a través de los libros, de la televisión, en fin, de sus discursos. Recordar es, entonces, resistir a esa avanzada que tiene como finalidad manipular nuestra identidad colectiva.
Así las cosas, los que recuerdan nos dan, a todos, la facultad de hacer política reflexiva. Si nuestras decisiones morales se basan en un fundamento, es esperable que sirva para tales fines elargumento de la verdad. Dos personas, ambas con buena memoria, que se juntan a tomar un café ahora deberán defender la discursiva que generen argumentativamente. Hablarán de fechas, de personajes dignos y desdeñables. Hablarán de libros, de canciones. Compararán diferentes interpretaciones para un mismo hecho. Todo esto sucederá en la mesa de estos señores que eligen no formar parte de un rebaño...