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Las elecciones presidenciales celebradas en El Salvador el pasado domingo día 15 han deparado el triunfo de la fórmula electoral encabezada por Mauricio Funes del FMLN con una ventaja de casi tres puntos porcentuales sobre la candidatura de Rodrigo Ávila de ARENA. Se trata de un cambio histórico puesto que desplaza del poder a ARENA tras veinte años y le da animos a la izquierda a la presidenciapor primera vez en la historia de este país.
Los comicios presidenciales confrontaban a únicamente dos aspirantes, algo insólito tras el proceso de transición a la democracia que se inició en este país en 1984 y que tuvo su punto de inflexión en 1994 cuando el juego político quedó abierto a todos los sectores en las primeras elecciones del país verdaderamente competitivas. Por tanto, la lizaelectoral obligaba a los ciudadanos a dirimir sus preferencias entre dos expresiones programático-ideológicas o entre dos individuos, ámbitos que no necesariamente se solapaban.
El Salvador es uno de los países de América Latina más polarizado y donde los términos "izquierda" y "derecha" tienen significados muy claros y determinan claramente las opciones electorales. Los comicios recién celebradostuvieron como prolegómeno otros de carácter legislativo y municipal llevados a cabo el pasado 18 de enero. En ellos, una participación del 54,1% del censo proyectó una imagen del país multipartidista en la que, sin embargo, entre el FMLN, ganador con el 42,6% de los votos, y ARENA, segundo con el 38,6%, concentraron el 81,2% de los votos válidos.

Los casi diecinueve puntos porcentualesrestantes se repartieron entre otros cuatro partidos de los que solamente tres tuvieron representación parlamentaria. Lo interesante es que, siguiendo el arco ideológico, dos de esos cuatro partidos, CD y FDR, próximos al FMLN, obtuvieron conjuntamente el 3,1% de los votos, mientras que los otros dos, PNC y PDC, cerca de ARENA, alcanzaron la suma del 15,7%. Si se hace el ejercicio simple de sumar ambosbloques ideológicos la suma de la derecha alcanzó el 54,3% frente al 45,7% de la izquierda. Es decir un margen aparentemente suficiente para el candidato de ARENA en un país en el que, en principio, la ideología cuenta, pero hoy no parece que más que la figura de los candidatos.
Así las cosas, ¿por qué el triunfo de Funes? Es muy posible que los efectos de la crisis internacional en El Salvadorhayan tenido un fuerte impacto a la hora de valorar qué oferta era más segura para afrontarla y paliar los efectos severos ante la población. Pero también es probable que influyera el perfil de los candidatos en una elección que lo que dirime, por encima de todo, es la persona que va a dirigir el país durante los próximos cinco años. Alguien que, en cualquiera de las dos posibilidades, no iba acontar con una mayoría propia en la Asamblea Legislativa.

En este sentido, Funes y Ávila, mostraban características personales muy diferentes. Funes, conocido comunicador social, hábil polemista y suficientemente separado del FMLN como para poderse presentar como un mero compañero de viaje, independiente y con ideas propias, se diferencia notablemente de Ávila, un hombre de confianza delpresidente saliente Saca y procedente del aparato de ARENA con experiencia en el terreno de la seguridad pública, de retórica poco brillante e inseguro en la dialéctica del discurso político.
Por otra parte, los sondeos mostraban claramente las diferencias de uno y otro en la población salvadoreña que valoraban claramente con mayor simpatía a Funes que a Ávila y que depositaban en aquél mayoreshabilidades que éste a la hora de abordar los principales problemas del país como el desempleo, la inseguridad, la corrupción, la salud pública y la educación nacional.
El fuerte incremento de la participación, por encima de los diez puntos porcentuales con respecto a enero, ha hecho el resto, los votos de los que entonces no votaron han sido movilizados con mayor fortuna por la fórmula frentista que...