Subvirtiendo Baudrillard
Palabras clave: Baudrillard, Platón, Deleuze, simulacro, doppelgänger, pensamiento-estado, rizoma, políticas radicales, plano de representación, terrorismo, posmodernidad.
Rosendo González Núñezrosendo.gonzalez.nunez[at]gmail.com
Septiembre de 2008
Versión 1.11
I. Desterritorialización: Simulacro y Doppelgänger
“Detrás de cada caverna hay otra que se abre más profunda, y por debajo de cada superficie un mundo subterráneo más vasto, más extraño, más rico; bajo todos los fondos, bajo todas las fundaciones un subsuelo aún más extraño.”
– Nietzsche: Más allá del bien y el mal.
“Si pudieras ver lo que yo he vistocon tus ojos [los que tú fabricaste].”
– Roy, un replicante, a Chew, su fabricante, en la película Blade Runner de Ridley Scott.
El problema del simulacro nos hace remitirnos directamente a la figura de Platón. Es a partir del estudio de este concepto en él y de la inversión que opera Deleuze que podremos profundizar en la mutación que sufre el simulacro en Baudrillard. Y lo podremos hacerfundamentalmente porque el problema al que se enfrenta el simulacro baudrillardiano, su motivación, es el mismo que el platónico. Opto también por esta decisión porque la estrategia que elige Deleuze -aparte de ser muy similar a la que se puede aplicar en el caso de Baudrillard- parte de una sumersión en la teoría platónica para ser capaz de acorralar a sus propios conceptos, en sus propiostérminos, “como Platón acorrala al sofista” (Deleuze, 2005: 295), y derrumbar así el plan de consistencia que elaboran. Entonces no se trata simplemente de “abolición del mundo de las esencias y del mundo de las apariencias” (Deleuze, 2005: 295), negar simplemente la existencia de un modelo al que refiere una imagen, sino que el proyecto que se plantea Deleuze, también el que se intenta desarrollar en estaprimera parte del ensayo, va más allá.
Una vez dicho esto, empecemos. En El Sofista, Platón distingue entre dos tipos de imagen en cuanto a un modelo. La copia es una imagen que pretende ser fiel al original, copiarlo de forma precisa. En cambio, el simulacro es distorsionado de forma intencionada para intentar parecerse al original, al menos en la forma. La distinción se plantea así entérminos de semejanza como explica Deleuze, pero de un tipo muy concreto: “semejanza no debe entenderse como una relación exterior: no va tanto de una cosa a otra como de una cosa a una Idea” (2005: 299). Entonces, la medida es justamente la pretensión, pues hablamos de Ideas y relaciones internas: “la copia no se parece verdaderamente a algo más que en la medida en que se parece a la Idea de la cosa”(Deleuze, 2005: 299). En cambio, “Los simulacros lo que pretenden, el objeto, la cualidad, etc., lo pretenden por debajo, a favor de una agresión, de una insinuación, de una subversión” (Deleuze, 2005: 299). Es una pretensión falsa, la idea es otra que no es la Idea.
Intentemos aclarar esto. Deleuze explica esta separación platónica de una manera bastante gráfica, como un juego burgués de...
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