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Columna Por su dinero: responsabilidad del intérprete


Erick Thompson (*)
Especial para La Nación, 2 setiembre 2002
Nuestro sistema de impuestos está mayoritariamente basado en laautoliquidación por parte del contribuyente, a través de declaraciones de impuestos tales como Renta, Ventas y Consumo. Así, el contribuyente calcula su impuesto y lo paga, quedando abierta la opción de laAdministración Tributaria de fiscalizar dicha declaración y tasar una diferencia si es del caso.
Para calcular el impuesto, cada contribuyente es un verdadero intérprete de las normas tributarias. Hay quesuperar la añeja noción de que el Fisco es el intérprete exclusivo de las leyes, ya que la decisión interpretativa del declarante tiene efectos legales directos y distinguibles de la participación dela Tributación. Cuando chocan ambas interpretaciones, interviene un "árbitro" independiente (el Tribunal Fiscal Administrativo) para zanjar la disputa concreta. En todo caso, es obvio que elintérprete-Fisco tiene ciertas ventajas que no tiene el intérprete-contribuyente, en virtud de sus potestades de imperio típicas del Estado. Tributación me puede sancionar si no declaro con exactitud elimpuesto, lo cual quiere decir que no declaré con absoluta fidelidad a la interpretación oficial de la Administración. Como contribuyente, no puedo imponerle una sanción al Fisco por una interpretaciónoficial imprecisa, ambigua o francamente irracional.
En otras palabras, si no quiero enfrentar riesgos financieros por una interpretación rebelde pero muy razonable de la norma tributaria, lo quecorresponde es declarar exactamente como lo quiere Tributación, aunque en nuestros adentros sepamos que tal tesis es absurda y contraria a la voluntad del legislador o a la misma Constitución.
En contraste,cuando osamos declarar de forma "inexacta", resulta aplicable la sanción "estrella" del Código Tributario - la multa del artículo 81- consistente en un 25 por ciento del principal tasado, y aparte...