Tecnicas de expresion escrita

El momento y el lugar oportuno

Lo recuerdo como si fuera ayer, como si fuera ayer que su vida dejó de ser como las del montón, que dejó de ser como las de todos los niños, sin futuro, que vivían a su alrededor.
Ese día fue, probablemente, el día más caluroso y agitado que haya tenido en su pequeña, corta y aburrida vida. Las gotas resbalaban por su frente y rostro. El aire, seco como eldesierto, lo ahogaba. Un pozo a lo lejos. Una duda asaltó a Felipe: ¿Se tratará acaso de un espejismo o su salvación ante el posible desmayo estaba a unos metros de distancia?, ¿debía arriesgarse ante la posible desilusión? Valía la pena. Ese calor lo estaba matando y el temor por lo sucedido, poco a poco, se iba evaporando. Efectivamente, qué increíble, nunca pensó que algún día se sentiría tanaliviado y emocionado al ver un pequeño pozo de agua. Sus rodillas, cansadas e inestables, se agacharon; sus manos, calientes y sudorosas, tocaron el agua. Cerró los ojos. Con un movimiento brusco, subió sus manos, llenas de agua, a la altura de su rostro. Poco a poco, la temperatura de su cuerpo empezaba a descender. Extasiado de frescura y ausente de sudor y agitación, levantó el rostro y divisó unbrillo particular. No era el reflejo del sol en el agua, no era el efecto de una gota de agua que se había quedado entre su ojo y pestaña; era que la suerte lo esperaba y, al fin, lo encontraba.

Como todos los días, se puso el mismo short de tela blanco, que los mismos años se habían encargado de percudir y avejentar; se puso la misma camisa que un día le regaló su mamá con el sudor de su frente.No era fácil, para las personas que vivían a su alrededor, habérselas de dinero suficiente para estar regalando cosas como esas. Comprar prendas de ropa era un lujo; agua y comida eran la prioridad. Vivía en una pequeña y humilde casa de barro, que el líder de la comunidad se había encargado de construir y designar a cada familia. Todas eran iguales, pero la suya no lo era del todo; la suyaestaba habitada por la persona que más amaba en este mundo; la suya estaba llena de amor y alegría; la suya estaba medio vacía, pero siempre estaba llena de vida.

Corriendo y gritando, llegaron sus dos mejores amigos a la puerta de su casa. Un beso de despedida a su madre. La bendición. Cuidado hijo, no vengas tan tarde y no te vayas tan lejos, ustedes tampoco chicos. En la distancia, con el pesadoy potente sol, se alejaban los tres mosqueteros. Quizás el lector se preguntará el por qué de este nombre, pues ni yo lo sé con seguridad, pero la aventura siempre acompañaba a estos amigos.

La noche anterior estaba llena de tranquilidad: los niños durmiendo, algunos adultos conversando, ninguna persona parada en la puerta, los cerdos comiendo, ninguna estrella, solo la luna y su radiantehermosura. Disparos irrumpieron la tranquila noche. Cartuchos y balas cargaban las armas. El fuego despertaba a los durmientes y se escuchaban gritos a distancia. La mamá de Felipe corrió, se levantó de la cama en donde dormía con él, y salió a la puerta. Un alivio grande y a la vez triste se apoderaba de ella. Esa noche estaban vivos, esa noche les tocaba a los de la comunidad vecina, pero laangustia los atormentaba; el peligro y la muerte los rondaba. La noche, ahora agitada, pasaba más lento de lo que se esperaba. Las personas de la comunidad de Felipe, en sus casas y abrazadas de sus hijos y esposas, se transformaban en búhos en la oscuridad amenazante; las casas se llenaban de insomnio.

El relevo de los astros trajo consigo un suspiro colectivo de tranquilidad y esperanza. Un día másde aventura comenzaba muy temprano en la mañana. Felipe y sus dos amigos, llenos de una imaginación desbordante y que llenaría de envidia al mejor publicista, se alejaban de la casa y, mientras corrían, se imaginaban en un ambiente diferente y pasaban las horas jugando a los espías o inventando un juego, como de rutina.
Esta vez eran exploradores, pero no cualquier explorador; eran los mejores...