tendencias mundiales del empleo juvenil
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Impreso en Suiza
1. Introducción
1.1 Panorama general
No es fácil ser joven en el mercado de trabajo actual.
El debilitamiento de la recuperación mundial en 2012 y 2013 ha agravado la crisis
del empleo juvenil, dificultando aún más el acceso al empleo para muchos
desafortunados jóvenes que buscan trabajo. Y está dificultándolo hasta tal punto,
que muchos están renunciado a seguir buscando. La prolongada crisis económica
también obliga a la generación actual de jóvenes a ser menos selectivos con los empleos que están dispuestos a aceptar, una tendencia que ya era evidente antes de
la crisis. El número de jóvenes que está aceptando trabajos a tiempo parcial o que se
encuentra confinado en empleos temporales es cada vez mayor. Los empleos
seguros, que en una época eran lo habitual para generaciones anteriores – por lo
menos en las economías avanzadas – han pasado a ser más difíciles de conseguir para los jóvenes de hoy.
La tasa de empleo juvenil, estimada en un 12,6 por ciento para 2013, se acerca al
nivel máximo registrado durante la crisis actual. Se calcula que en 2013 hay 73
millones de jóvenes desempleados.1 Al mismo tiempo, el empleo informal entre los
jóvenes sigue muy extendido y las transiciones al trabajo decente son lentas y
difíciles.
Los costos económicos y sociales del desempleo, del desempleo de larga duración,
de la falta de ánimo y de los empleos de baja calidad generalizados para los jóvenes
siguen aumentando, socavando el potencial de crecimiento de las economías.
El desajuste de las competencias se suma a la crisis del empleo de los jóvenes
El desajuste de las competencias en los mercados de trabajo de los jóvenes se ha
convertido en una tendencia constante cada vez más acusada. La sobreeducación y
el exceso de competencias coexisten con la subeducación y la escasez de
competencias, y cada vez más con el desgaste de la formación adquirida por causa
del desempleo de larga duración.
Este desajuste hace que las soluciones a la crisis del empleo juvenil sean más
difíciles de encontrar y más lentas de poner en práctica. Además, en la medida en
que los jóvenes empleados cuentan con más competencias de las exigidas para el
puesto que ocupan, la sociedad está desaprovechando su valioso potencial y
perdiendo la posibilidad de mejorar la productividad económica, que sería posible ...
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