Tenti Fanfani Viejas y nuevas formas de la autoridad docente

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Tenti Fanfani, Emilio. “Viejas y nuevas formas de autoridad docente”.
Revista Todavía, Buenos Aires (7), abr. 2004.Ficha bibliográfica

Resumen:

El autor analiza las implicancias que tienen en el rol
docente, la pérdida de legitimidad de su autoridad en el marco de
la crisis generalizada en la que instituciones como familia y
escuela han dejado de operar como soporte de dicha autoridad.
Plantea la situación como un interjuego de variables en el que a
la debilidad institucional para construir subjetividades ydeterminar prácticas sociales se contrapone la creciente
autonomía que va adquiriendo el sujeto para “construirse a sí
mismo” ante la gran variedad de significados sociales que
invaden su cotidianeidad. Ello constituye un desafío para el
docente, en tanto debe crear formas diferentes de generar
autoridad.
En síntesis, posiciona al docente en el rol de mediador
eficaz entre las nuevas generaciones yla cultura, con la
convicción que la autoridad se construye permanentemente.
Viejas y nuevas formas de autoridad docente

Dos fuentes de autoridad pedagógica
La autoridad del maestro, condición necesaria del aprendizaje, no existe
como cualidad innata de un individuo, sino que se expresa en una relación. Se
trata de una construcción permanente en la que intervienen los dos términos
del vínculo –eldocente y sus alumnos–, y que varía según los contextos y las
épocas.
Según la Sociología clásica la legitimidad del docente surge de dos
fuentes. Una es personal y depende de características particulares del
individuo, que se “activan” cuando son percibidas y reconocidas como tales por
otros sujetos en una relación social. En determinadas circunstancias, ciertos
individuos están predispuestos acreer y confiar en ciertas cualidades de otros
(los “más viejos”, los “que tienen títulos”, etc.). No obstante, lo que está en
juego es una creencia y no un dato natural. De hecho, en algunos contextos
“ser viejo” es un descrédito para quienes asocian la edad avanzada a la
“obsolescencia” o el “atraso”, cuando no a la inutilidad.
Por otro lado, en el origen de los sistemas educativos modernos, laautoridad del maestro se afirmaba también como una especie de “efecto de
institución”. El acto del nombramiento en un “cargo” o una “cátedra” de la
escuela oficial (es decir, reconocida por el Estado para ejercer la función
educadora): transformaba a una persona dotada de rasgos más o menos
comunes en una persona digna de crédito. Por el solo hecho de estar allí, con
la constancia que lohabilitaba en el bolsillo, frente al curso, el maestro gozaba
ya de un respeto particular. La audiencia y el reconocimiento se daban por
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descontados, por lo tanto no debía hacer muchos esfuerzos para convencer o
seducir. Es cierto que nunca faltaron los defectos de autoridad, los conflictos,
los cuestionamientos de los alumnos. Por otra parte, no todos los docentes
recibían el mismo trato. Algunos eran más escuchados, “creídos”, queridos y
respetados que otros. Sin embargo, en la primera etapa del desarrollo delos
sistemas educativos modernos, en general la autoridad era más un efecto casi
automático de la institución que un mérito personal.
En la actualidad, el caudal de autoridad que cada docente es capaz de
construir con sus propios recursos y su habilidad para usarlos tiende a ser cada
vez más importante. Por varias razones, las instituciones educativas ya no
están en condiciones de garantizarle al...