Texto

La cena estaba lista. Le preparé lo que más le gustaba, pero no era precisamente lo que encontraría sobre el plato. Le dejé un sobre pequeñito de color azul mate, el cual tenía dentro un manuscrito muy escueto. Decía lo siguiente: ''Ve a la cama. Ahora. No rechistes''

Ella se sorprendió, venía cansada del trabajo. Se quitó la chaqueta, colgó el bolso, y me llamó. No le contesté; yo seguíaoculto en el baño. No quería hacer ruido, pero admito que me costó no contestarle cuando escuché ''amor? estás?''.

Por el sonido de sus pisadas sobre el suelo, sabía que se acercaba a la habitación. Abrió la puerta y lo que encontró fue una tenue luz rojiza, causa de que tapé ambas lámparas con una tela granate. La conozco tan bien que sé perfectamente que se le esbozó una sonrisa al instante. Mevolvió a buscar con su voz. ''Cariño?''. Volvió a responderle un tenso e inaudible silencio.

Se acercó a la cama, al fin y al cabo era lo que rezaba la nota. Se encontró un segundo sobre, con un segundo texto: ''Vienes cansada, un baño te relajaría''. Ya empezaba a entender el juego. Era obvio que al llegar a casa lo último que iba a hacer era ir directa a la cama, y mucho menos ir a la camapara luego ducharse. Abrió la puerta del baño.

Ahí le esperaba yo. Desnudo completamente. Sumergido en la bañera, la cual había llenado previamente con sales de frutas que olían intensamente bien. Ahora sí pude verle la sonrisa.

- Y esto?
- Esto, querida, es el paso previo a que te lance contra la cama y te empiece a comer a besos.
- Pero... Y la cena?
- Importa? Quítate la ropa anda, nocreo que te vayas a bañar vestida.

Ella sonrió y puso los ojos en blanco, como diciendo ''menudas ideas...'' pero en el fondo se notaba que le sorprendió gratamente. Se fue desabrochando la camisa, botón tras botón. Pronto dejó entrever el escote, el perfecto camino entre sus pechos. Luego, el vientre. Se la quitó, y me preguntó ''así va bien?''. Le contesté ''así va lento''. Con una bota seapoyó para quitarse la otra, y se descalzó. Se dio más prisa con los pantalones, ya que se los bajó sin desabrocharlos siquiera. Sólo quedaba la ropa interior. Le queda bien, se lo digo muy a menudo, pero aún no lo sabe lo suficiente. Puso sus manos hacia atrás para desabrocharse el sujetador, y lo dejó caer. También acabó cayendo la parte inferior. Ahí estaba. El amor de mi vida, desnudacompletamente, en cuerpo y alma.

La bañera es grande, cabemos los dos, y si me fuerzas quizá cupiéramos tumbados. Se sentó de espaldas a mi, permitiendo así que le abrazase desde detrás. Cometió el error de dejarme su oído muy cerca de mis labios. Cometió el error de estar de espaldas, indefensa ante mis malos actos.

- Si sé que al llegar del trabajo me espera esto, tendré que plantearme seriamentepedir salir media hora antes. - me dijo.
- Esto no es lo que te espera, precisamente.
- Ah no? Qué me he perdido?
- Nada, aún no ha llegado, no seas impaciente!
- Vale, vale, no digo nada.- contestó, con tono de ''no haber roto nunca un plato''.

Pronto se dio cuenta, tal como yo antes, de que estar de espaldas le iba a hacer pasarlo bastante mal. Empecé a besarla por el cuello. Empecé asusurrarle cosas, tales como ''se me ha hecho eterna la tarde sin ti, necesitaba tenerte cerca, tenerte aquí''. Empecé a morderle un poquito. Su piel sabía a una mezcla de jabón y sales, y a su perfume. Mis manos, hasta ahora unidas entre sí abrazándola, se separaron. Subieron muy lentamente, acariciando su ombligo, acariciando su vientre, y acariciando sus pechos. La reacción fue un leve gemido ahogadoen ella. En mi fue un suspiro fuerte.

Cogió mis manos con las suyas para apretarlas más fuerte. Mientras, mis labios se perdían de nuevo entre su cuello, volvían a querer besarla, y esta vez le mordí con más fuerza. Como más fuerte mordía, más fuerte apretaba ella sus manos. Cuando las soltó, una de ellas la empecé a llevar hacia abajo. Empezó a temblar, y yo notaba sus ganas en cada...