trabajo
La verdad es que Alicia había oído muchas veces aquel cuento y se aburría un poco; por eso cuando vioaquel extraño conejo vestido de etiqueta, se quedó tan sorprendida. —¡Voy a llegar tarde! ¡Voy a llegar tarde! —repetía, mirando su reloj de bolsillo y corriendo hacia la colina.
Alicia sintiócuriosidad, porque nunca había visto un conejo que hablase, ni mucho menos que vistiese de etiqueta. Así que dejó de prestar atención a su hermana y se fue tras el conejo. A pocos metros de donde sehallaba, descubrió que aquel misterioso personaje se escondía en el hueco de un tronco de árbol. —¡Qué oscuro está esto!— dijo la niña, mirando por el agujero. Y en aquel momento resbaló, cayendo dentro deltronco. La caída parecía interminable y a medida que Alicia seguía descendiendo, se hizo la luz dentro del tronco. Entonces pasaron frente a los ojos de la niña los objetos más diversos que puedaimaginarse: sillas, rejas, acordeones, pipas, antifaces, libros y muchas cosas más. —¿Cuándo llegaré al fondo?— se preguntó Alicia, que ya empezaba a estar un poco mareada.
De repente cayó sobre unmontón de paja, sin hacerse ningún daño. Miró a su alrededor y se vio dentro de una habitación, donde todo era muy pequeño. Ella podía tocar el techo con su cabeza. —¿Donde estará el tronco por el que hebajado? —se dijo Alicia, sin entender nada. Sobre la diminuta mesita que había en la habitación, descansaba una botellita que tenía un letrero junto a ella. Y el letrero decía: «¡Bébeme!» Alicia...
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