Un Aquél De Hombre Ha Nacido

¡UN AQUÉL DE HOMBRE HA NACIDO!
El apóstol san Pablo observa que entre el creyente y Cristo debe existir cierta identificación mística; por ello ha dicho a los corintios “Mas todos nosotros, que conel rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, nos vamos transformando en esa misma imagen cada vez más gloriosos: así es como actúa el Señor, que es Espíritu” (II, III, 18).El beato de Kempen supone que este reflejo, esta imitatione Christi, ha de iluminar nuestro interior.
De esta manera creer en Cristo es vivir en Cristo; el camino es uno o mejor la escala es una,como la de Jacob, cuyo tránsito, como en aquélla, lo mismo es ascendente que descendente. Es decir, o el creyente sube hasta los cielos para descansar su cabeza en el seno de Cristo transfigurado; o esel Espíritu ubicuo del Señor quien se humilla a la tierra para visitar a sus fieles. Sea cual fuere la dirección el Alma ha de hacerse una con Cristo y entonces el creyente será un inspirado por quiense expresa el espíritu de Dios. Esta entrega del Ser a Dios es el principio esencial del misticismo europeo, iluminación del alma por el contacto con el Salvador.
La experiencia místicaneotestamentaria es inefable —ahí el Éxtasis de santa Teresa de Bernini—; sin embargo la literatura precisa de palabras, Gómez de la Serna llama al misticismo literario «eco» del espiritual; y aun reconoce enEspaña sus raíces más profundas —no me meto con los alemanes que abrevan en el cáliz protestante y generan el pietismo. El misticismo literario español, hablo de aquél del siglo XVI, no fue un eretismomasturbatorio, antes fue un orgasmo monacal cuya intensa contracción todavía pervive, a lo menos en tiempos de Galdós, en el «anhelo de muchos ingenios pecadores».
Don Benito podrá haber sidoanticlerical pero no se puede decir que no tuviese el deseo de acercarse, entender y explicarse la experiencia mística de la tradición cristiana; Nazarín (1895), obra de madurez, es su Moradas del Castillo...