Un nuevo gobierno de la fuerza laboral, un nuevo sujeto: de los tiempos modernos de Chaplin al cyborg del animé japonés.

Universidad de Buenos Aires

Facultad de Ciencias Sociales

Doctorado en Ciencias Sociales



Monografía Final




Seminario
De las calificaciones a las competencias.
Evolución de los enfoques teóricos
en la Sociología del Trabajo


Coordinado por el Lic. Julio Testa






Doctorando: Lic. Juan Emilio Pascual
Buenos Aires, agosto de 2010
Un nuevo gobierno de lafuerza laboral, un nuevo sujeto:
de los tiempos modernos de Chaplin al cyborg del animé japonés.
(Comentario bibliográfico y esbozo de una crítica de la noción de “competencia” desde un enfoque de la filosofía política)



Toda técnica es política

De manera próxima, dos de los autores principales –clásicos– de la sociología del trabajo sitúan en el centro de sus reflexiones a la relaciónentre fuerza de trabajo y “técnica” como la determinante central del modo en que los hombres se organizan para producir cosas. La característica esencial de esta relación es sólo una: la forma social y política de la fuerza de trabajo depende de la composición técnica del hecho productivo, del trabajo concreto determinado por su relación (simultánea) con la máquina y el sistema de cooperación. Así loexpresa Benjamin Coriat en sus dos textos fundamentales:
La composición “técnica” de la clase obrera dicta su expresión “política”, determina sus formas de resistencia (2003: 22)

…con el cambio de la composición técnica de la clase obrera sobreviene también un cambio fundamental de su composición social. …esta hipótesis servirá para esclarecer muchas de las dificultades del sindicalismotradicional… (2004: 197)

Y en la misma dirección piensa Alain Touraine, ciñendo la afirmación al taylorismo-fordismo, cuando indica que…
Si el antiguo sistema puede ser calificado de profesional, el nuevo debe ser definido como técnico. El aparato técnico de producción es independiente de los obreros que lo hacen funcionar. (1997: 385)

El desarrollo científico técnico es aquí planteado como laclave determinante de dos procesos de pasaje –del oficio al puesto, del puesto a la competencia–, donde en el primero se produciría la cisura fundamental en el relato de la relación entre el hombre y el instrumento.
Sin embargo, la historia de esta primacía de la técnica puede también interpretarse como una resultante de la metabolización que el capital hace de su conflicto con el trabajo.
Nose trataría entonces de pensar cómo cierto nivel del orden de la “estructura” social viene a determinar las “formas superestructurales” de la clase obrera. La composición “técnica” de la clase obrera se revela ya en sí misma como una cuestión política, como el resultado de una lucha política por las modalidades del consumo del trabajo vivo: no es sino allí donde se juega la apropiación tanto laplusvalía absoluta como la relativa. Dicho en términos más tajantes, no fue el desarrollo tecnológico el que determinó el fin de la esclavitud moderna y de la explotación laboral salvaje –que se mantuvieron largamente junto a la revolución industrial y que todavía hoy subsisten de modo relativamente extendido, con diversas modalidades, mientras tiene lugar la revolución informática–, fue el procesode lucha de los trabajadores y de rebelión de los esclavos a los que luego, en consecuencia posterior en términos lógicos e históricos, el capital se ve obligado a responder con nuevas máquinas y sistemas de cooperación1.
La cuestión así planteada antes que ser paradójica indica una dinámica.
Ambos argumentos se complementan al articularse en un movimiento que los propios autores identificancon claridad: en los pasajes de un sistema de gestión de trabajo a otro se juega tanto el conflicto entre los cuerpos sujetados a la explotación del capital y las formas de gobierno que éste plantea como un reordenamiento en las coordenadas de la lógica de esa conflictividad. En el pasaje de los oficios a los puestos y de los puestos a las competencias está de por medio la apropiación de un saber...