Una clase

La mejor clase que he impartido…
Hablando de maestros y sus clases, cada maestro es un bagaje de actividades andando, algunas realizadas y otros más perdidas en la imaginación, quien no ha tenidouna idea y lo más que llega a hacer es pensarla, o quien no ha realizado una actividad con tan solo improvisar. El punto al que quiero referirme es que no a todos se nos abre el cielo para iluminarnoscuando planeamos alguna actividad de trabajo en el aula.
En lo particular, en esta ocasión quiero narrar una de mis clases sucedidas en un grupo bidocente de quinto y sexto grado en una comunidad deSan Nicolás Tolentino. El grupo se componía de aproximadamente de 22 niños y niñas de ambos grados entre las edades de 10 a 12 años.
La clase inició en la asignatura de ciencias naturales alcomenzar el tema sobre la menstruación de la mujer.
Por las condiciones del contexto en que se encontraban los alumnos, su educación en familia y la poca formación sobre el tema, hizo desde un inicioque el clima de la clase se volviera tenso para las niñas, ya que los niños hacían susurros sobre el tema, cosa que a ellas, las incomodaba.
Tomando en cuenta esta situación no prevista en mi plan declase, se me ocurrió en ese instante hablar con los niños para explicarles por separado la situación que se suscitaba, ya que para las niñas era un tema fuerte y difícil de tratar en públicamente.Sin mucho que explicar, en pocos segundos todos salieron del salón con sus cosas materiales para realizar las actividades pendientes que se debían entregar al final de clase.
Sucedido lo anterior,deje mi plan de clase y me dispuse a platicar con ellas sobre el contenido de algunas ideas que se habían hecho expresar al inicio de la misma.
Fue el momento crítico en cuanto vieron que buscaba aalguna de ellas para responder a mi cuestión. Fue así que al expresar mi actitud sobre el tema y la importancia que para ellas debería de tener, inmediatamente su confianza y sus actitudes hacia mí...