Una historia de amor

Solo, como tal vez muchas veces se pudo sentir o como tal vez nunca en su vida se había sentido, aquel hombre caminó por el monte al cual solía frecuentar, seguido por sus hermanos, los cuales le seguían adonde fuera y sin importar nada más que estar con él. El sabía, conocía lo que le esperaba, estaba consciente de que probablemente esa podía ser la última vez que compartiera con su familia enaquel lugar en el cual su vida era simple y sencillamente única y especial.
Sus hermanos quedaron reposando mientras él dio orden de que no durmieran, si no que velasen porque muy en el fondo sabía que algo inesperado para ellos estaba por suceder. Caminó una distancia considerable y alejándose de ellos los veía desde lejos mientras su amor incondicional le llenaba con sólo mirarlos. Alllegar al punto clave no soportó más y cayó al suelo sobre sus rodillas; su rostro no ocultaba su desesperación; y su dolor, temor, soledad, tristeza y angustia se podían ver reflejados con tanta fuerza y cobraban cada vez más su vida a tal punto que con toda su agonía su sudor se convertía en sangre cada vez más espesa y pesada.
Su padre, al cual se le conocía por ser amoroso y compasivo pero a lavez recto y justo, le había encomendado probablemente la misión más importante de su vida y ésta era la causa principal de su estado de imposibilidad, de la muerte en vida que podía estar experimentando en aquel momento. A sus 33 años no había hecho nada más que servirle a su padre, que amar a sus hermanos, que ayudar a los demás, a haber aprendido el oficio de su padre, el cual nunca ejerció,la carpintería. Su bondad no podía ser resumida en palabras, la diferencia que el marcaba en cada lugar a donde iba era impresionante, su dominio de palabra te podía dejar atónito o hasta en muchas ocasiones pensativo, molesto o en estado normal.
Estando ahí, con su rostro en el suelo, su cara llena de tierra, sus lágrimas corriendo por su rostro y su sudor color carmesí, suplicaba que por favorel no tuviera que pasar por esa situación, que si había alguna forma de no tener que vivir esa experiencia él la necesitaba, pero no había nadie más con él que el viento, estaba completamente sólo…. Quién lo iba a oír? Absolutamente nadie.
Su obediencia pudo ser el factor natural que hiciera posible su rendición total. Era él a quien le tocaba lo peor, lo más difícil de el mundo, lo más doloroso;algo tan inhumano el hecho de pensar en lo que le iba a pasar, en lo que su padre con tanta insistencia le había pedido.
Sus hermanos habían sido por mucho malagradecidos, no tenían vergüenza ni temor alguno, probablemente eran el lado opuesto de su hermano mayor, eran egoístas, fríos, habían malgastado su vida haciendo cosas que no valían la pena. Todo lo malo que habían hecho debía serpagado y su deuda podía ser cancelada sólo con su vida… debían morir.
Su padre muy dolido, sabía que su posición no tenía remedio… que era mejor? Ver morir a todos sus hijos y quedarse con uno sólo, el bueno? O condenar al que nunca había sido condenado, a aquel que su vida era ejemplar, a aquel que nunca le había faltado el respeto y que en su vida no había más que afán de complacerle, a aquel alcual la vida le había dado lo más importante de el mundo: amor.
No había nada más que decir, la decisión fue tomada. El mayor debía pagar el precio de los otros. Por eso su angustiada alma no tenía más remedio que clamar desde lo más profundo para que eso no sucediera, pero ya no había marcha atrás; su padre lo había entregado en justicia por sus hermanos para que él, quien tenía la vida másvaliosa y limpia, pudiera pagar por los demás. En aquel momento sólo una fortaleza y fuerza sobrenatural podía haber hecho que él no saliera corriendo en busca de salvar su vida de la muerte, por el contrario esa misma fuerza fue la que logró que su rostro no viera la luz nunca más, que su sudor de angustia convertido en sangre hablara más que 1000 palabras, que su esperanza de que sus hermanos...