Universalidad etica
El educador reflexiona sobre la posibilidad y el lugar de la ética en el mundo postmoderno: la ley sostiene la sociedad, pero la ética funda la comunidad, y por eso la ética es histórica, lo cual no implica que sea relativa o que no exista. Cuando oigo hablar de universalidad de algo, siempre pienso en esos deseos que ha tenido el ser humano, através del tiempo, de encontrar la verdad; el verdadero sentido de las cosas. O el Bien, para expresarlo en términos socráticos. Y cada cultura genera costumbres y normas que, con sus respectivos rituales de legitimación, expresan esa universalidad. Pero, al mismo tiempo, vienen a mi mente las afirmaciones de Heráclito: "Todo fluye...", y de Protágoras: "El hombre es la medida de todas lascosas..."Lo absoluto y lo relativo: los dos polos dentro de los cuales se teje la telaraña que enmarca las acciones humanas, buenas o malas, correctas o incorrectas.La necesidad de absolutos partió de la conciencia de la relatividad; de la fugacidad de la existencia humana. En su inseguridad, el ser humano ha querido aferrarse a Algo. Un Algo que esté ahí, que no se mueva, que no sea cuestionable. Apesar de todas las contradicciones que ello genera, como es el hecho de que el absolutismo (y no me refiero aquí a nigún sistema político) se genera en el relativismo y éste, a su vez, para legitimarse, tiene que acudir a un absoluto: "todo es relativo".Y, entonces, como ésta es una afirmación absoluta, la conclusion es que no todo es relativo. Este relativismo clásico, por llamarlo de alguna manera,implica que hay algo que es válido. Pero, a partir de aquí, también concluímos que no todo es absoluto.¿A dónde nos conduce todo esto? A la vida histórica. Ni más, ni menos...Pero, veamos, repitiendo algo: El absolutismo se generó en la conciencia de lo relativo y, desde esa conciencia adquirió su legitimidad, por necesario. El relativismo cuestionó al absolutismo pero contrastó con él sulegimidad, por evidente. Surgió así una dialéctica de legitimidades mutuas que duró hasta la llegada del hombre postmoderno quien, con su vacío de sentido, puede finalmente conducir a un relativismo de tipo nihilista basado en el "No hay certezas", ergo... ´Todo vale´"[1].A mi juicio, la tragedia del hombre de esta época radica en que rompió ese equilibrio dialéctico que permitía la expresión de la dimensión humana.El hombre postmoderno ya no acepta absolutos. Ni, por lo mismo, relativos legitimados desde el "todo es relativo". Para él, esa afirmación es tan relativa, tan aleatoria, como todo lo demás. Como el hombre (postmoderno) mismo.Esto, por supuesto, tenía que conducir a la muerte de la ética. De esa ética fundamentada en absolutos, ya sea que se hable de leyes divinas o deimperativos categóricos. Pero también, y lo que es más grave, de las éticas históricas mismas, dejando al ser humano sin posibilidad de ética alguna, frente al más puro pragmatismo[2].Es obvio que la fundamentación de la ética en universales absolutos tenía que chocar con la historia que es, por excelencia, la experiencia plural de los hombres. Y de nada valdría sobredimensionar esta experienciacon el argumento de que todos los seres humanos tenían la tendencia, por inspiración o por razonamiento, a respetar ciertos valores que expresaban la presencia de la Divinidad o del Lógos. De ésto se alimentó el racionalismo europeo, ya fuese idealista o materialista. La Biblia y los griegos estuvieron presentes en su conformación. No olvidemos que fue el cristinismo el que, en una fecha tantemprana como el siglo IV, se inventó la palabra modernus que no estaba en el viejo latín. Modus Hodiernus: al modo de hoy[3]. Al modo de este nuevo día diferente del ayer. Ha nacido el tiempo histórico cristiano. Y, para Occidente, el tiempo histórico, a secas.Esta nueva manera de ver el tiempo le permitió a San Agustín tenderle una linealidad a las acciones humanas; un ir de atrás hacia adelante....
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