Viaje a La Semilla Hasta Vi

VIAJE A LA SEMILLA (Texto completo):
I.
Se encontraba en la demolición de la casa el viejo, sentado con el bastón en la barba mirando como subían y bajaban los cubos de restos y como los obreros se ocupaban de la destrucción en el día; las tejas descendían, los picos desprendían piedra de mampostería, los peces bebían agua sucia y tibia por el sol que visitaba la demolición a esas hora. Fueatardeciendo y solo quedaban los útiles que quedaron preparados para el día siguiente, escombros y una Ceres en el traspatio con varias marcas de la obra. Con el bajo tamaño de la casa, el crepúsculo llegaba más pronto. Las hojas y las enredaderas no volvían a estar en las columnas o en las volutas jónicas, puesto que estas ya se acercaban a la tierra.
II.
El viejo observando hasta entonces no sehabía movido, cuando volteo su bastón sobre un cementerio de baldosas; los cuadros de mármol llenaban la tierra, las piedras cerraban las aberturas de las murallas, mientras los tornillo de las bisagras volvían a hundirse en sus hoyos.
En los canteros, las tejas juntaron sus fragmentos ayudadas por el esfuerzo de las flores y así la casa creció, luciendo sus proporciones habituales. La Ceres yano tenía las marcas de suciedad, recuperando su color y había más peces en la fuente y las plantas regresaron con el sonido del agua.
La llave que introdujo el viejo en la puerta principal dio paso a la casa, empezó a abrir todas las ventanas, encendió las velas y la gente vestida de negro murmuraba en todas las galerías al ritmo del sonido de las cucharas en las tazas de chocolate.
DonMarcial, el Marqués de Capellanías descansaba en su lecho de muerte, el pecho lleno de medallas acompañado de velas derretidas a su alrededor.

III.
Las velas no estaban derretidas por lo cual, recuperaron su real tamaño. La monja apago las llamas de las velas, las mechas blanquearon su pabilo. Ya no habían visitantes y lo carruajes se fueron en la noche. Don Marcial abrió los ojos.
El enfermo sesintió mejor cuando el medico movió la cabeza con desánimo profesional. Cuando despertó después de dormir varias horas, estaba en frente el Padre Anastasio. Fue entonces cuando Don Marcial se confesó.
Recostado en la habitación se encontraba con una mujer desnuda; se levantó con rapidez mientras ella buscaba sus enaguas y corpiños. Abajo en el coche la esperaban varias monedas de oro.
Después dearreglarse la corbata bajo al despacho donde estaban los abogados para condicionar la venta de la casa. Sus pertenencias pasarían a manos de otro pastor. Estando solo pensaba en los misterios de la letra escrita, ataba y desataba compromisos, juramentos, alianzas, testimonios, apellidos, títulos, tierras, declaraciones, entre otras. Su firma lo había traicionado.
IV.
La idea de traer una mujeral aposento era razonable, pero la tentación de tener un cuerpo diferente fueron creciendo hasta llegar a la calamidad. Cierta noche Don Marcial sintió su mayor deseo pero de corta duración. Mientras eso sucedía, la Marquesa hizo su paseo en las orillas del Almendrares. Los caballos de la carrosa no tenían más humedad que la de su propio sudor.
Al finalizar la luz del día, una vasija grande debarro se rompió en el baño de la Marquesa y las lluvias se desbordaron del estanque. La empleada del servicio repetía una y otra vez “desconfía de los ríos niña, desconfía de lo verde que corre”. El agua siempre revelaba su presencia, pero esta vez solo se presenció con nada más que una taza derramada en el vestido traído de Paris. El Capitán General de la Colonia dio un baile de aniversario.Parientes y amigos se reunieron. Las grietas se iban cerrando. El piano volvió al clavicordio, los anillos sonaban con las palmas, la Ceres estaba completamente blanqueada. Marcial pasaba tardes enteras abrazando a la Marquesa. Un día el olor a pintura, invadió la casa.
V.
La noche estaba llena de rubores sinceros. La Marquesa sopló las velas. Solo Don Marcial habló en la oscuridad. A la sombra...