Voluntad de mal en la poeía de arturo borja

La voluntad de mal en Arturo Borja.

Introducción.

A pesar de que el modernismo ecuatoriano ha sido blanco de exageradas alabanzas y también de exageradas críticas poca atención ha recibido al momento de hacer estudios completos. Concretamente, a Arturo Borja considerado por todos como “padre del movimiento”, el título no le ha bastado para hacerle merecedor de un estudio serio, conclusivo,solo ha recibido panegíricos de corte impresionista (Isaac Barrera, Raúl Andrade, Francisco Guarderas, José Antonio Falconí Villagómez) y alusiones reprobatorias de corte sociológico (Agustín Cueva).

Otros trabajos existentes, sobre los modernistas, aunque buenos son extremadamente fragmentados y breves, quizás por el afán permanente de juntar a los “modernistas” en un “mismo saco” y tambiénporque estos estudios, al ser prólogos de obras antológicas no se prestaban para el análisis exhaustivo de uno de los autores presentados. (Hernán Rodríguez Castelo, Mario Campaña,). Sobre Arturo Borja no se encuentra sino el estudio hecho por Medardo Ángel Silva, que lamentablemente nos ha llegado incompleto y en ese trabajo se lamenta ya el propio Silva, que todavía no se haya realizado unestudio “de consideración”:


En verdad,, hasta hoy, no se conoce un estudio de consideración sobre el Poeta y su obra. No es de creerlo; queremos pensar en que, alguno de esos críticos que estudian las producciones francesas, españolas, etc, y sus autores, tiene en cartera los borradores de un ensayo sobre un gran Poeta. Los compañeros de Borja, y otros intelectuales que han tratado de suspoesías, no lo han hecho con la detención que merece, pues no ha sido la de hacer un análisis crítico de la personalidad literaria de Arturo, la intención que los movió a escribir. [1]


Visto a la distancia el reclamo de Silva puede parecer excesivo, sobre todo si consideramos este curioso modo de ser que tenemos los ecuatorianos, por el cual podemos pasar una vida entera mirándonos el ombligoy cuando aparentemente va a suceder algo notable, o cuando menos diferente, lo despreciamos por poca cosa, lo negamos y lo olvidamos.

¿Por qué escribir sobre Borja? ¿Es él el gran poeta ecuatoriano que mereciéndolo no ha recibido el reconocimiento debido dentro y fuera de nuestro país? ¿Lo es alguno de nuestros modernistas? Probablemente no, pero sí es cierto que los modernistas son el puntode origen de lo mejor de nuestra poesía. Y ese punto de partida lo constituyen por “razones literarias” y no por afanes de reivindicación chauvinista. Con ellos arranca un afán de búsqueda expresiva que desembocará en la poesía de Jorge Carrera Andrade y César Dávila Andrade. El mismo Arturo Borja y sus compañeros fundadores de la revista Letras, lamentaban en el prólogo al primer número dedicha publicación, este fenómeno típico de la ecuatorianidad:

El ánimo se entristece al considerar la incomunicación en que nos encontramos con el mundo. Rubén Darío, ese extraño mago de la lírica castellana, que es también entusiasta propagador de toda gloria en América, en su libro ”Letras” quiere hablar de la literatura ecuatoriana y se pone en un difícil trabajo. Trata de los escritoresdel continente Sur Americano, y al llegar al Ecuador se siente embarazado, los nombres se le van de la memoria, y apenas puede decir: “ Entre esos propagadores é intermediarios, entre las élites más o menos numerosas, no podrá nunca olvidarse á Elysio de Carvalho, en el Brasil; á Pedro Emilio Coll y Pedro César Dominici, en Venezuela; á Urueta, Valenzuela, José Juan Tablada (...) en México ; á LuisBerisso, J. Freyre y Díaz Romero, en la Argentina; á Rodó y Pérez Petit, en el Uruguay; á Santiago Arguello, Mayorga, Trucios (...) en Centro América; á González y Contreras, en Chile; á Clemente Palma, Román, Albujar y otros en el Perú; á Silva, Valencia y Darío Herrera en Colombia; á dos o tres buenos poetas en el Ecuador ; ä Iraizos y Mortajo en Bolivia (...)
(...) Antes hablamos del...