Víctimas de nuestra cultura

VÍCTIMAS DE NUESTRA CULTURA

Terminada la jornada de votación para las elecciones para presidente y vicepresidente de la República del pasado 25 de mayo y mientras salía camino a casa me vino a lamente los datos del Barómetro Global de Felicidad y Esperanza 2014, quienes aseguran que por segunda año consecutivo, Colombia se ubicó en el primer puesto como el país más feliz del mundo. Esteestudio que se realiza en 65 países por la red Mundial de Empresas Independientes de Investigación de Mercados, revela que el 86% de los colombianos se declara feliz y sólo el 2% dijo ser infeliz, y el11% afirma no ser ni uno ni lo otro.

Entonces, empecé a comprender por qué en Colombia los escándalos políticos ya sean de índole sexual, corrupción, violaciones a la intimidad, crímenesencubiertos, mentiras fehacientes y todo lo demás, no tumban a nadie y menos aún nos cambian nuestra “pintoresca” y siempre “folclórica” manera de ver las cosas (no se puede decir analizar, ya que este nivelrequeriría ser menos “felices”).

Ahora bien, es cierto que existe un grueso número de intelectuales serios, menos saturados de conformismo, aferrados a una forma utópica de gobernar sin pretender lasmieles del enriquecimiento sin salvoconducto, pero esos tienen una pelea de tigre con burro amarrado… el pueblo que puede ayudarles en su quijotesca batalla, da un paso al costado y prefiere mirarlos toros desde la barrera, sin lugar a dudas, para salvaguardar su tan preciada felicidad: “No darse mala vida por nada”.

Y es que si bien es cierto, los colombianos somos creativos, nosreinventamos ante las adversas circunstancias y le sacamos punta a todo, sin contar de lo inmensamente agradecidos que somos, tanto que por este valor perdonamos, también sufrimos de una enfermedad muyconveniente para ser feliz, tenemos dificultades para recordar hechos, acontecimientos y otros dolores, es decir nuestra memoria a largo plazo sufre serios contratiempos. Y no es que olvidarse de lo malo sea...