Yacu Mama
El diosKon-Iraya (que es el mismo Wiracocha) un día decidió tomar forma humana para probar el corazón del hombre. Gente de todo tipo habitaba la Tierra: ambiciosos y humildes, soberbios y sencillos,embusteros y sinceros… Wiracocha deseaba saber hasta que punto era capaz de llegar el egoísmo del hombre, y siguiendo este ideal vino aquí a la Tierra; ocultó su divinidad bajo el disfraz de de un mendigodespreciable, físicamente abominable, vistiendo harapos y con un saco viejo, tan maltrecho y desgastado como lucía el mismo Wiracocha… ¡Limosna!, exclama el dios, sin embargo, la gente, impávida, continúasu camino. ¡Limosna!, nuevamente, pero los hombres ricos están tan ocupados que incluso sienten molestia por la presencia de semejante piltrafa. Hubo gente sin corazón que, tomando a la mala suaparente frágil cuerpo, lo echaron de la ciudad con insultos y golpes grandemente ofensivos.
Allí, en medio del lodo, Wiracocha recordaba con ira a todos los que lo trataron mal, maquinando unasentencia para ellos. De pronto sintió una cálida mano que trataba de incorporarlo, era un labrador, que dejando a un lado sus ovejas, intentaba auxiliarlo. Lo invitó a su casa, a ofrecerle agua para subascosidad y comida para su hambre. En la mañana, antes que rayara el alba, Wiracocha salió y bendijo sus campos; una sola palabra bastó para ordenar la tierra a su antojo, hizo fructíferos sus suelos,desde ahora sus cultivos serían la envidia del pueblo. Así recompensó Wiracocha a este buen hombre, que bien merecido se lo tenía.
Prosiguió su camino, andaba de pueblo en pueblo, bendecía a quien...
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