Yo y mi trabajo
Las sociedades occidentales serán, previsiblemente, cada vez más pluriculturales. En ellas convivirán, necesariamente, personas procedentes de culturas diversas y aún opuestas.El problema que habrá que resolver consiste en determinar si la convivencia entre personas de distintas culturas exigirá o no la asunción del relativismo ético. La convivencia entre culturas poseedos aspectos o dimensiones: interna e internacional. Sobre el segundo aspecto trató el polémico ensayo de Huntington acerca del choque de civilizaciones. A pesar de las interpretaciones equivocadas osesgadas, la tesis del autor pronostica que los futuros conflictos no enfrentarán a ideologías o sistemas económicos y políticos, como en la llamada guerra fría, sino a culturas. El elemento fundamentalno será el económico o ideológico, sino el cultural y, especialmente, el religioso. El pronóstico se cumplirá o no (y parece que, en buena medida ya ha comenzado a cumplirse), pero no se trata de laexpresión del deseo de su autor, quien, por otra parte, se opone a toda pretensión de hegemonía de la civilización occidental sino que, por el contrario, postula que deberán aprender a coexistir.Alain Touraine ha defendido la tesis de que la convivencia entre las culturas sólo es posible si todas ellas (y, desde luego, no sólo la occidental) renuncian a la pretensión de tener razón. Parece unprecio desmedido e improbable. Bastaría con que renunciaran a la pretensión de imponerse mediante la fuerza. En cualquier caso, la convivencia entre culturas no exige la asunción del relativismocultural y moral. Desde nuestra perspectiva occidental, podemos preguntarnos si las normas y principios que rigen, más o menos, entre nosotros representan algo propio de nuestra particular cultura o, porel contrario, pueden legítimamente aspirar a la universalidad, a ser válidas para todos. Aunque se tratara de lo primero, y no es algo evidente, la cultura occidental tendría, al menos, el derecho a...
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