Yolanda Vargas Dulché

Yolanda Vargas Dulché tuvo muchos méritos.
Yo solo tengo unos cuantos pero, pero quizá el mayor de todos, y me tocó de chiripa, es haber sido uno de sus hijos.
Un orgullo que se lleva en el almay en la sangre, pero sobre todo se lleva en las Lagrimas, en las Risas y en el Amor. Tres ámbitos donde mi jefa
( junto con su mejor alumno escritor- mi jefe, Guillermo de la Parra) semana a semanay durante décadas cautivó con sus historias el alma de Mexicanos, Colombianos, Italianos, Chinos, Filipinos, Indonesios, Brasileños, Japoneses,
solo por decir algunos cuantos.



Pero ¿cómo lohizo?
Pues ella decía que era muy fácil:
Primero, atender a cinco hijos, a un esposo, a tres perros, ayudar a cuanta familia se topaba con ella, ser la primera y la última en reírse de sí misma,pintar óleos, dibujar cuadernos, tejer suéteres para quien tuviese frío o para los que no, eso no importaba, viajar por el mundo, ayudar a quien necesitaba, hacer suyos sus problemas, mirar losmicrobios de los mocos de sus hijos a través de un microscopio y así extender recetas como avezada médica, apapachar al lloricón, sonreírle al tristón, alegrarse del triunfador, apoyar al capaz,defenestrar al soberbio, defender al débil,
orar por lo padrecitos descarriados, cantar en un dueto con su hermana por las islas antillanas, fundar escuelas, recoger niños de la calle ( ¡uno ya esGeneral!), estudiar el comportamiento de los bichos, contar chistes, saborear un whisky
(tu sabes, la presión…), amenizar las largas horas de la tarde con su habilidad mágica de “contar historias” ydespués de todo esto, acudir a las camas de sus cinco hijos y contarle a cada uno
un cuento diferente para encauzarlos a sueños plácidos donde no había ni malos ni buenos, ni hadas ni duendes, si nosólo gente soñadora que a base de trabajo y de tesón, hacían realidad sus sueños.

Y cuando terminaba de estos “ligeros” quehaceres cotidiano se encaminaba a su estudio a buscarle a Memín sus...