a praia dos afogads
Sin testigos ni rastro de la embarcación del fallecido, el lacónico inspector Leo Caldas se sumerge en el ambiente marinero del pueblo, tratando de esclarecer el crimenentre hombres y mujeres que se resisten a desvelar sus sospechas y que, cuando se deciden a hablar, apuntan en una dirección demasiado insólita. Un asunto brumoso para Caldas, que atraviesa díasdifíciles: el único hermano de su padre está gravemente enfermo y su colaboración radiofónica en Onda Vigo se está volviendo insoportable. Tampoco facilita las cosas el carácter impulsivo de Rafael Estévez,su ayudante aragonés, que no acaba de adaptarse a la forma de ser del inspector.
El autor nos introduce en la vida de los hombres del mar, la pesca, las lonjas... sin olvidarse del humor y la ironíaderivados principalmente de la incomprensión del ayudante aragonés de Caldas, Rafael Estévez, del carácter gallego. Estévez, irascible y de temperamento fuerte, trasladado a Vigo unos meses antes,pierde los estribos con las respuestas ambiguas de sus interlocutores, aunque poco a poco se integra y empieza a apreciar el buen marisco. Otros momentos graciosos se producen gracias al programa deradio en el que participa Caldas, Patrulla en las ondas, o el cuaderno de idiotas que lleva el padre del protagonista.
Leo Caldas es amante de la buena comida y el buen vino pero posee un carácter...
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