A principios de la segunda d cada del siglo XX se produce en Argentina una renovaci n absoluta del arte y
Teniendo en cuenta el lugar que ocupan en el campo intelectual dichos escritores, se propone una selección de sus poemas, estableciendo una relación entre su estética y los fundamentos inscriptos en los manifiestos ultraístas ymartinfierristas, sumado a las propuestas de algunos críticos.
En el primer libro de poemas de Borges se percibe un tono confesional, crepuscular, intimista, una lírica pomposa y retórica, llena de nostalgia por los barrios porteños y los paisajes pampeanos, y obsesionada por el problema que tanto les preocupaba a los de su generación de escritores. Sin embargo, en el prólogo de Fervor de BuenosAires, Borges manifiesta que se propuso “ser un escritor español del siglo XVII, (...) descubrir las metáforas que Lugones ya había descubierto”, cuestiones con las que promulgaban romper, proponiendo superar esa forma de escribir: “El ultraísmo es una de las tantas respuestas a la interrogación anterior”, propone Borges en el manifiesto “Ultraísmo”. En éste también se explicita que “desplazar ellenguaje cotidiano a la literatura es un error”, lo cual se evidencia en “Las calles”, ”incómodas de turba y ajetreo,/ sino las calles desganadas del barrio, / casi invisibles de habituales, / enternecidas de penumbra y de ocaso”, pero no así en los últimos versos de “Arrabal”: “los años que he vivido en Europa son ilusorios, / yo estaba siempre (y estaré) en Buenos Aires”, que remite a un tonoautobiográfico rozando lo coloquial.
Considerando los principios que resumen la actitud ultraísta, en “Las calles” se vislumbra una cadena de metáforas, sin nexos que las unan ni adjetivos inútiles, puesto que “ávidas”, “incómodas de”, “ desganadas”, “casi invisibles” le otorgan el sentido al poema, la de obervador errante de la ciudades sumado a la fusión de varias imágenes en una: “enternecidas depenumbra y de ocaso / y aquellas más afuera / ajenas de árboles piadosos / donde austeras casitas apenas se aventuran, / abrumadas por inmortales distancias, / a perderse en la honda visión / de cielo y llanura”. En “Anatomía de mi Ultra” (1921), mediante la estética activa de los prismas, se plantea que el arte refracta la realidad en lugar de copiarla, imponiendo facetas insospechadas deluniverso. Así, Borges se detiene en retratos inesperados de la urbe: “calles desganadas del barrio”; “ajenas de árboles piadosos”; “austeras casitas apenas se aventuran”. Hay un yo expansivo que recorre los espacios para capturar su esencia, es decir, los elementos interiores se exteriorizan: “Las calles de Buenos Aires ya son mi extraña”. Este sujeto errante deambula y percibe la ciudad mientras se...
Regístrate para leer el documento completo.