l'illa
El subtítol del llibre “una història quotidiana” ja ens fa reflexionar sobre la realitat de la situació que conta. La historia que narra L’illa pot ser una de les moltes histories escoltades en les noticiaris o llegides en els periòdics: una persona que arriba a un llocdesconegut i deixa de ser persona per convertir-se en objecte de tot tipus de pors, desconfiances y vexacions... a causa de la seua “diferencia cultural”.
El libro nos cuenta cómo puede crecer en un grupo humano el rechazo hacia el extraño, de cómo pueden propagarse los rumores y acabar imponiéndose la brutalidad de unos sobre la pasividad de otros.
Una historia cada vez más cotidiana
Para quenadie piense que se trata de mera ficción, Armin Greder le añade a La Isla el subtítulo de “una historia cotidiana”. Como tantas otras, ésta comienza una mañana cuando los habitantes de la Isla encuentran a un hombre que ha llegado en una balsa, arrastrado por la corriente. Las imágenes lo muestran desnudo y la frase que cierra la primera página nos aclara que “no era como ellos”. A partir de esemomento, se inicia una dramática tensión entre imágenes y palabras para plasmar la amenaza que representa en una sociedad todo el que es considerado “diferente”.
Por las coordenadas de Greder, un artista suizo postulado al Premio Andersen de Ilustración, es posible leer entre líneas su intención de llevar a la literatura infantil la problemática del inmigrante, que es motivo de preocupación, nosólo para los gobiernos, sino para la gente de todas las edades de aquello que se denomina “el primer mundo”. De hecho, los niños europeos y norteamericanos enfrentan diariamente un doble discurso: por una parte, los currículos educativos hacen énfasis en la aceptación de la “diferencia” y señalan las bondades del diálogo cultural, que ya se ha vuelto cotidiano en sus aulas. Por otra parte, sinembargo, la realidad es cada vez más xenófoba y menos tolerante y se traduce, tanto en políticas represivas frente a la inmigración, como en una actitud generalizada de desconfianza por parte de los ciudadanos adultos.
Es esa doble moral la que intenta convertir en metáfora Armin Greder con su mirada sensible y alejada de los clichés a los que suele recurrirse para abordar el tema. Mediante laexploración artística de todos los matices que entran en juego, de los sentimientos contradictorios y de las tibias soluciones que implementan los habitantes de La Isla para tranquilizar sus conciencias, el lector presencia los cuadros sobrecogedores que concluyen con la expulsión del “intruso” y con la quema de la barca de un pescador, el único que se ha atrevido a sugerir que se acoja al extranjero-aunque se le pague un poco menos por su trabajo-.
La voz de ese inmigrante que no “encaja en el coro” y la del pescador que no se oye porque “los demás hablan más alto”, son los extremos de ese drama que Greder ilustra con imágenes que nos recuerdan los esperpentos de Goya o los gritos de Munch y que le abren fisuras al discurso políticamente correcto, para proyectar la historia a múltiplesinterpretaciones. Por eso no es descabellado pensar que este inquietante álbum sería de mucha actualidad en nuestro país. Los niños y los adultos que lo lean entenderán por qué lo recomiendo como un libro urgente y oportuno.
La historia esta narrada desde las voces y la mirada de los habitantes de la Isla. En ningún momento del relato se le da voz al extranjero.
Nos habla del miedo, del pavor...
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