acidez estomacal
com-puestos que estabilicen a los priones normales,
cPrP, evitando que las mordidas de vampiro los
conviertan en ScPrP.
O bien, "los médicos podrían considerar terapias antigénicas" -basadas en lo que se hace con los
ratones transgénicos- que eliminen los genes productores de PrP. Sin priones normales, los infecciosos no podrían multiplicarse.
Más interesante aún es laafirmación del Karolinska en el sentido de que "hay indicaciones de que
el mal de Alzheimer ocurre cuando ciertas proteínas
- n o priones- sufren un cambio conformacional que
conduce a la formación de depósitos o placas en el
cerebro".
¿Podrían las enfermedades por priones conducir
a un tratamiento para el Alzheimer? José Segovia,
investigador del Cinvestav experto en enfermedades
Nobel de QuímicaL vida depende, en su nivel
a
más básico, d e que ciertas
sustancias tengan más derecho
de paso que otras, en las
puertas d e las células. Haber
explicado cdmo se consigue
mantener esta discriminación
ibnica, y a qué costo energético,
le.reditu6 el Nobel a Paul
Boyer, John Walker y Jens Skou.
Del sentido de la vida
a la acidez estomacal*
A
PorJauier Crúz
* Este trabajoapareció publicado en el diario Rcfoma, de la
ciudad de México, el 16 de'octubre de 1997, página 2C. Se
reproduce con autorización del periódico y del autor.
16
neurodegenerativas, anuncia un anticlímax: "Estas
enfermedades parecen ser muy distintas del Alzheimer, el Parkinson o el mal de Huntington, en las que
en algunos casos hay componentes hereditarios",
aunque es cierto que existensimilitudes: las neuronas degeneran, los depósitos proteínicos se acumulan en placas y no hay respuestas típicas de una
infección viral.
"Éste es un buen argumento", admite Segovia.
Y con él las vacas sagradas del Karolinska, que
pronostican que no sólo las vacas locas saldrán beneficiadas, sino que "los descubrimientos de Prusiner
pueden sentar las bases para entender los mecanismosbiológicos de otras demencias, como el Alzheimer, y para el desarrollo de nuevos tipos de estrategias de tratamiento médico".
LI
No se lo pierda.
Pensador y humanista, mucho más que físico, Erwin
Schrodinger escribió en 1944 un libro de título irresistible: ¿Qué es la vida? Breve y luminoso, da una
respuesta funcional bastante satisfactoria, al menos
dentro del ámbito científico de la pregunta. Lavida,
responde, es, en última instancia, desequilibrio termodinámico entre el interior y el exterior de las
células. Ese desequilibrio va en contra de la tendencia natural, y por lo tanto demanda consumo energético.
En concreto, la célula sobrevive consumiendo
energía para sus funciones básicas, pero también
para mantener una especie de guardia medieval que
expulsa ciertos iones de suinterior y admite otros,
según convenga, y aun a costa de sostener concentraciones desiguales a través de la membrana, no
muy distintas de las que a veces terminan en "portazos" en los conciertos populares.
Sorprendentemente, resulta que tanto el suministro de energía como el funcionamiento del bombeo iónico han sido modelados mediante elementos
Educación Química 9[1]
FRESQUITO
relativamenteprimitivos: molinitos de agua, carruseles, bombas hidráulicas.
A eso se han dedicado, por varias décadas, Paul
Boyer, John Walker y Jens Skou, ganadores del
Premio Nobel de Química 1997. Los dos primeros
comparten la mitad del premio "por su elucidación
del mecanismo enzimático subyacente a la síntesis del
trifosfato de adenosina (ATP)", y Skou se queda la
otra mitad "por el descubrimientoprimero de una
enzima transportadora de iones, la Na+,K+-ATPasa",
explica, llamémosle así, un comunicado de la Real
Academia Sueca de Ciencias (KVA, por Kungl. Vetenskapsakademien).
Su trabajo tiene todo que ver con las lecciones
de biología de secundaria, en las que uno aprende el
cuento del difosfato de adenosina (nombre digno de
un gnomo, aunque poco inspiradamente reducido a
ADP),...
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