Antropologia
Ana María Spadafora[1]
Antropología del Desarrollo: el origen del equívoco
En el campo de la antropología, los estudios del desarrollo han estado vinculados a lo que equívocamente se dio en llamar “antropología aplicada”. Este terreno ha estado atravesado por el estigma de una disciplina cuya complicidad con lacolonización de Asia y Africa, continúa todavía hoy dificultando los intercambios entre antropología y desarrollo. Dificultad que procede de alimentar una dicotomización maniquea entre "investigación básica" y "aplicada", entre “teoría” y “práctica”.
Alejandro Isla (2002) señala que el difícil matrimonio entre antropología y desarrollo producto del contexto de surgimiento de la antropología,forma parte tanto de la tradición inglesa como de la norteamericana, donde la relación de la disciplina con el colonialismo es ampliamente denunciada. Esta situación puede constatarse en la recurrente tendencia a hacer del encuentro con el Otro y la perspectiva de historias particulares de colonización, ejes centrales de la reflexión de la producción antropológica.
Tal énfasis temático promovió elreplanteo de ciertos puntos de partida epistemológicos capitales en la producción del conocimiento antropológico. Particularmente, los que hacen a las relaciones entre el sujeto y el objeto en la concepción del conocimiento, entendido no tanto como el producto del relevamiento de datos objetivos por parte de un sujeto aséptico, sino como el resultado de una coproducción entre investigador einformante.
Además de ser el producto del cuestionamiento a las relaciones coloniales que marcan el surgimiento de la antropología, estos cambios constituyen el producto de una situación actual compleja cifrada en el hecho de que las "voces nativas" cada vez menos necesitan de sus tradicionales intérpretes (sean estos misioneros, antropólogos o activistas) para hacerse oír. Esta situación es cada vezmas relevante no solo en los países “centrales” –donde los derechos indígenas son en buena medida respetados-, también en países “periféricos como Brasil donde las posibilidades de “entrar al campo” se complican conforme a la politización de la causa indígena.
Como corolario, la histórica contraposición entre antropología y desarrollo –que bien podría tematizarse como antropología académica yantropología aplicada, entre academia y gestión, entre investigación básica e investigación aplicada-, ha derivado en la consolidación de dos campos. Paula Colmegna (2002) sostiene que ambos espacios –que funcionan de una manera mas o menos autónoma- son reconocidos por los autores del desarrollo como antropología para el desarrollo y antropología del desarrollo. La antropología para eldesarrollo está focalizada en el compromiso activo con las instituciones que fomentan el desarrollo en “comunidades locales/vulnerables tradicionales”, no mostrando preocupación por el replanteo crítico acerca de las nociones y conceptos involucrados en los proyectos de desarrollo. La antropología para el desarrollo, en cambio, se centra en el análisis crítico de los conceptos y prácticas discursivasque sirven de sostén a las políticas de desarrollo.
Si en el Siglo XIX es la causa colonial la que da fundamento al nacimiento y desarrollo de la antropología; en el Siglo XX fueron los errores de la antropología para el desarrollo –condensada en una serie de planes y políticas implementadas pora el “tercer mundo”- los que dieron sustancia a la antropología del desarrollo. En efecto, laantropología del desarrollo surge como una crítica radical al concepto de desarrollo, entendiendo que este no es más que un concentrado de ideología, intrínsecamente eurocéntrico y economicista cuyo compromiso con la teoría económica neoclásica identifica el desarrollo con el crecimiento económico tomando como parámetro la sociedad europea occidental. Algo así como una reinvención de la idea de progreso...
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