Blackwood, Algernon - 1907 - Los Sauces
(The Willow) 1907 Algernon Blackwood
Los Sauces
Algernon Blackwood
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Los Sauces
Algernon Blackwood
Después de dejar Viena, y mucho antes de llegar a Budapest, el Danubio entra en una región de singular soledad y desolación donde sus aguas se dispersan por todos lados sin que exista un canal central, la región se torna en un pantano por millas y millas,cubierto por un vasto mar de bajos arbustos de sauce. En los grandes mapas, esta región esta pintada de un azul pálido, que se torna cada vez más desvaído a medida que abandona los bancos; y sobre todo esto puede verse la palabra Sumpfe: marjales. En época de inundaciones, estos acres de arena, bancos de guijarros e islas tupidas de sauces quedan casi enteramente sumergidos bajo el agua; pero entemporadas normales los arbustos se doblan y crujen al impulso de los vientos, mostrando a la luz del sol sus hojas plateadas en una planicie de belleza desconcertante, eternamente agitada. Los sauces nunca alcanzan la dignidad de árboles, no tienen troncos rígidos, permanecen como humildes arbustos, con copas redondeadas y suaves siluetas, oscilando sobre delgados troncos que responden a lamínima presión del viento, flexibles como la hierba, y tan permanentemente cambiantes que dan la impresión de que la planicie entera está animada y viviente. Porque el viento levanta olas que se alzan y se derraman por toda la planicie, olas de hojas en lugar de olas de agua, verdes elevaciones como en el mar, hasta que las ramas se yerguen y se tuercen, y entonces las olas se tornan de un blancoargentino, mostrando el reverso de las hojas bajo la luz del sol. Feliz de deslizarse fuera del control de las rígidas riberas, el Danubio aquí vagabundea a su voluntad entre intrincadas redes de canales que se intersectan entre las islas por todos lados, con amplias avenidas por las que el agua fluye con un sonido como de aclamación, haciendo remolinos, vórtices de agua y espumantes rápidos;desgarrando los bancos de arena; arrastrando pedazos de la ribera y masas de sauces; y formando innumerablemente nuevas islas que cambian diariamente de tamaño y forma y poseen, en el mejor de los casos, una vida precaria, dado que el tiempo de inundaciones obstruye su existencia. Hablando propiamente, esta fascinante porción de la vida del río comienza cerca de abandonar Pressburg; y nosotros, en nuestracanoa canadiense con tienda gitana y utensilios de cocina a bordo, la alcanzamos en la cresta de una incipiente inundación de mediados de julio. Esa misma mañana, cuando la luz del sol se estaba tornando rojiza antes del amanecer, nos habíamos deslizado rápidamente a través de Viena, aún durmiente, dejándola atrás un par de horas después como un mero parche de humo contra las colinas azules en elhorizonte de Wienerwald; habíamos desayunado cerca de Fischeramend bajo un soto de abedules que rugían en el viento; y entonces habíamos bregado a través de la desgarradora corriente más allá de Orth, Hainburg, Petronell (la antigua Carnuntum romana de Marco Aurelio), y proseguido bajo las ceñudas alturas del Thelsen en una estribación de los Cárpatos donde el March se escabulle silenciosamente porla izquierda y se cruza la frontera entre Austria y Hungría. Corriendo a unos 12 kilómetros por hora, el río nos hizo penetrar un buen tramo dentro de Hungría; y las aguas lodosas "signo seguro de inundación" nos hicieron encallar varias veces en bancos de guijarros y atraparon nuestra canoa como si fuera un corcho en múltiples remolinos que aparecían eructando súbitamente, antes de que lastorres de Pressburg (Poszony, en húngaro) fueran
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visibles en el cielo; y entonces la canoa, saltando como un caballo fogoso, voló a gran velocidad bajo las murallas grises, pasó confiadamente por la cadena hundida del ferry Fliegende Bruck, dio una aguda vuelta hacia la izquierda y se precipitó entre la espuma amarilla hacia la soledad de...
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