Dialnet MuerteYModelosDeMuerteEnLaEdadMediaClasica 958032

Páginas: 41 (10239 palabras) Publicado: 27 de octubre de 2015
EDAD MEDIA. Revista

de Historia. 6 (2003-2004) pp. 11-31

MUERTE Y MODELOS DE MUERTE
EN LA EDAD MEDIA CLÁSICA
EmiLIO MITRE FERNÁNDEZ
Universidad Complutense

No es la primera ocasión (y sospecho que no va a ser tampoco la ŭ ltima) en
la que se me pide escribir sobre la historia de la muerte. Dada la persona que me
ha transmitido la invitación (mi colega y viejo amigo Julio Valdeón) y el órganoencargado de materializarla (la revista del Departamento de Historia Medieval
de mi también vieja amiga la Universidad de Valladolid) me ha sido difícil
contestar con una negativa. Soy consciente de que el texto que va a
continuación puede resultar familiar a algunos lectores. No sólo por lo que
escribl hace ya tres lustros y que me otorgó un oficioso título de especialista en
la materia l .También por algunas páginas de muy reciente publicación 2 que
constituyen la columna vertebral de la primera parte del discurso. A él hemos
añadido otros aportes producto de esas reflexiones a las que todo historiador se
ve permanentemente empujado.

I La muerte vencida. Imágenes e historia en el Occidente Medieval (1200-1348). Madrid
1988.
2 Vid. para ello «La muerte primera y las otras muertes. Undiscurso para las postrimerías en
el occidente medieval», ponencia presentada en el seminario Ante la muerte. Actitudes, espacios y
formas en la España medieval (Ed. De J. Aurell y J. Pavón). Pamplona 2002, pp. 27-48. También
los capítulos fmales titulados «Sobre la muerte, un discurso para el clasicismo medieval» y «El
otoño del Medievo y la sensibilidad ante la muerte» que cierran mi libro Fantasmasde la
sociedad medieval. Enfermedad. Pese. Muerte editado por el Secretariado de Publicaciones de la
Universidad de Valladolid. 2003.

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EMILIO MITRE FERNÁNDEZ

LA MUERTE Y LA EDAD MEDIA: ESBOZO PARA UNA
TRAYECTORIA HISTORIOGRÁFICA
Entre los principios básicos del Cristianismo se encuentran dos muertes: la
muerte universal a la que todo el género humano ha sido abocado como
consecuencia de laculpa original; y la muerte de su fundador3.
Sobre la primera, uno de los clásicos del Medievo, Santo Tomás de
Aquino, diría que «la muerte y los demás efectos corporales consecuentes, son
pena del pecado original. Y aunque estos defectos no tratara el primer hombre
de adquirirlos, los ha impuesto con razón la justicia divina» 4 . La muerte de
Cristo, dada su terribilidad, necesitaba dotarse deuna especial lógica que San
Anselmo se esforzó en elaborar a través de la teoría de la satisfacción condigna.
La magnitud de la falta cometida por la humanidad a través de los primeros
padres exigía una expiación de dimensiones similares que sólo el propio Hijo de
Dios era capaz de sobrellevar. 5 Como contrapartida, Cristo había vencido a la
muerte ya que su resurrección, seg ŭn el texto paulino,se erigía en prenda de la
resurrección de los muertos: «Pero Cristo, primicias de los que se durmieron, ha
resucitado de entre los muertos. Porque así como por un hombre vino la muerte,
por un hombre viene la resurrección de los muertos» 6
Hablamos de teología de la muerte, filosofía de la muerte, sociología de la
muerte, antropología de la muerte, tanatosemiología... historia de la muerte endefinitiva. ,Cómo han Ilegado a sernos familiares estos términos, especialmente
el ŭltimo?
Aunque sea incurrir en un lugar comŭn, forzoso es remitirse a la estrecha
relación entre el tema que nos ocupa y el desarrollo de la escuela de Annales
hija del manifiesto lanzado en 1 929 por L. Febvre y Marc Bloch. Enfáticamente
hablamos de «nueva historia» al referirnos a la investigación de fenómenoscolectivos poco tratados por los historiadores más académicos y que suponían,

3 «La cristiandad fue el culto a un Dios—Hombre que nace, padece, agoniza, muere y
resucita de entre los muertos para transmitir su agonía a los creyentes. La pasión de Cristo fue el
centro del culto cristiano. Y como símbolo de esa pasión. la eucaristía, el cuerpo de Cristo, que
muere y es enterrado en cada uno de los que...
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