etica y lenguaje de la moralidad
de la moralidad
Fernando Salmerón
ACERCA DEL ESTUDIO DE LA MORALIDAD
Lo que aquí se pretende es solamente indicar la relación de
la ética, entendida como una rama de la filosofía en su sentido más estricto, con el lenguaje de la moralidad. Pero se da
por sentado que en estas pocas páginas no es posible ninguna precisión sobre lo que se quiere decir con la palabrafilosofía –aunque a lo largo del escrito pudiera proyectarse, de
manera indirecta, alguna claridad sobre el asunto. Lo mismo acontecerá con el concepto de moralidad, de cuya definición tampoco será posible adelantar nada –aunque a veces tengamos que suponer como conocidos algunos de sus
rasgos esenciales. Dentro de tales limitaciones, estas notas
quisieran ser un ensayo de ética, es decir, unejercicio de
filosofía relativo a cuestiones surgidas en el lenguaje de la
moralidad.
El acercamiento al complejo fenómeno de la moralidad,
como esfuerzo de conocimiento, puede hacerse de diversas
maneras. Es posible estudiar la moralidad como un hecho
social, dar cuenta de su operación como armonizadora de
intereses, ponerla en conexión con otras realidades sociales
y explicar, por relacióna éstas, sus estructuras y cambios a
través de la historia. Es posible también esclarecer sus orígenes en la psicología individual, sus funciones como guía de
acción al servicio de una actitud moral, su relación con impulsos y creencias y, con esto, hacer más comprensible la conducta de un individuo o de un grupo. En todos estos casos es
claro que la tarea queda en manos de aquellas disciplinascientíficas –psicología, historia, antropología, sociología– que
responden a nuestras preguntas acerca de comportamientos
morales efectivos, en una comunidad determinada y en un
cierto momento de su historia. Pero aunque tales respuestas
puedan contener informaciones amplias acerca de la conducta moral; de los juicios de valor y en general de las reacciones que alientan y estimulan esaconducta; así como de
normas y principios realmente vigentes; y de convicciones y
doctrinas morales de las personas educadas –no responden
a las preguntas morales propiamente dichas.
Las respuestas a las preguntas morales –actitudes, palabras, acciones– se dan en nuestra vida moral de todos los
días y, en conjunto, constituyen la moralidad misma, pero
no provienen de la investigacióncientífica. Aunque las ciencias pueden contribuir, con sus avances, a modificar nuestras creencias y nuestros ideales morales, por sí mismas son
incapaces de proporcionarnos a cambio otros nuevos ideales. El paso de las consideraciones acerca de lo que es la
realidad de la que tenemos experiencia, a conclusiones acerca de lo que debe ser nuestra conducta, permanece un salto
imposible de salvar desde elpunto de vista lógico. Por otra
parte, las operaciones todas de la ciencia –describir, teorizar,
explicar, predecir, etcétera– requieren una cierta distancia
entre el investigador y su objeto, en relación a su compromiso práctico.
Aun en el caso de que el objeto a investigar sea la moralidad, en cualquiera de sus aspectos, el compromiso queda
como parte del objeto de estudio. Al enunciar unanorma,
por ejemplo, o enunciar un deber o una recomendación
moral, el investigador cita una expresión y al escribirla entre
comillas la arranca de su contorno original para dejarla en el
campo de la descripción y de la teoría. Las operaciones de la
ciencia, en este sentido, son neutrales desde el punto de vista de la valoración moral –lo que no quiere decir que, en
TIEMPO 41 CARIÁTIDEdeterminados contextos, sus resultados no puedan tener consecuencias morales de importancia e incluso formar parte
de un argumento moral. Y aunque la ciencia misma como
tal, en tanto que tarea humana, no sea ella misma neutral
desde el punto de vista de la moralidad y de las actitudes
morales.
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