Evaluacion Programas
Fundamentación teórica
A. Bases fundamentales de la evaluación educativa
B. Paradigmas, modelos y métodos de evaluación educativa
C. Evaluación de Programas, Centros y Profesores
INTRODUCCIÓN
MEDINA,A. y VILLAR,L.M.(1995). Evaluación de programas educativos, centros y profesores. Madrid, Universitas: cap.1)
POSAVAC, E.J. y CAREY,R.G.,229-40,citado en MEDINA,A. y VILLAR,L.M.(1995). Evaluación de programas educativos, centros y profesores. Madrid, Universitas: cap.1).
REIHARDT,C.S.,1986; MAXWELL,G.S.,1985;ROSSMAN,G.B y WILSON,B.L.,1985;LIGHT R.J. y PILLEMER, D.B.,1984, citado en MEDINA,A. y VILLAR,L.M.(1995). Evaluación de programas educativos, centros y profesores. Madrid, Universitas: cap.1).
MAYOR, C. (dir.)(2008). Laevaluación como estrategia de mejora educativa. Evaluación de programas, centros y profesores. Sevilla, Edición Digital @tres: capítulo 1 (pp.37-39)
Todo lo expuesto, se encuentra recogido en BARROS, R. y MARCELO, C y otros (1995). Evaluación de programas educativos, centros y profesores. Madrid, editorial Universitas, S.A.
Todo lo expuesto, se encuentra recogido en COLÁS,Mª.P(1993). Evaluación de programas. Sevilla, editorial Kronos, pág.20.
FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA
A. Bases fundamentales de la evaluación educativa
Conceptos, características y funciones
La evaluación, ejercida en funciones de control por parte del profesorado, tiene una larga tradición. A través de ella los docentes han podido comprobar el grado en que sus alumnos avanzaban enel saber y lograban las metas perseguidas por el profesorado. De los resultados de tal tipo de evaluación, las calificaciones, se han seguido consecuencias de naturaleza selectiva para los estudiantes. Con menos frecuencia se han utilizado con carácter orientador para su futuro o como elemento facilitador de su mejora o progreso presente.
Los buenos profesionales siempre encontraron en laevaluación una información valiosa para ayudar a sus alumnos; en efecto, las pruebas, las preguntas en clase y la observación de su actividad, tres vías fundamentales utilizadas más o menos sistemáticamente por el profesorado, le aportaban datos sobre los aspectos dominados, los desconocidos y los que indicaban la existencia de errores o confusiones.
Sin embargo, tras el establecimiento de lossistemas educativos, la evaluación pasó a tener una función claramente preponderante sobre las demás: la sociedad encomendó a los profesionales de la enseñanza la acreditación de los saberes y la selección de los más capaces para progresar hacia los niveles más elevados del sistema.
En estas funciones el profesor actúa no tanto en consonancia con su esencial responsabilidad de enseñar y formar asu alumnado, cuanto como delegado de la sociedad; su misión será la de dar fe ante ella de la posesión por parte del alumnado de determinados niveles exigidos para el desempeño de áreas o para proseguir en el sistema en niveles más elevados de formación.
En el camino hacia una pedagogía de la evaluación merecen ser especialmente destacados dos hitos: se trata de las aportaciones de Flaser,según Medina y Villar (1995), con su distinción entre la evaluación basada en normas o pautas de normalidad y en criterios, y Scriven, según los mismos autores, diferenciado entre evaluación de naturaleza formativa y sumativa.
Si la primera distinción ponía el énfasis en la necesaria relación de plena coherencia entre el programa y la evaluación, desplazando a un segundo término otrasreferencias utilizadas para valorar, la segunda destacaba el importante papel de la evaluación, en el marco de las funciones docentes, como medio para la mejora tanto del aprendizaje como de los procesos de enseñanza, más allá de, o antes que de, la pura constatación de los niveles de logro.
Ambas aportaciones han ayudado a inscribir la evaluación en un marco coherente de funciones docentes, a la vez...
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