Formas De Producci N Y Pautas De Consumo En La Sociedad Del Bienestar
Juan Torres López Los cambios operados en las economías occidentales desde la década de los años setenta Los cambios operados en las economías occidentales desde la década de los años setenta han modificado sustancialmente y de forma bien conocida las formas de producción, principalmente gracias a la incorporación de una nuevabase tecnológica que ha facilitado el uso productivo de la información; pero también han comportado mutaciones igualmente notables en la práctica social del consumo, sobre todo al provocar que la demanda de los productos no se realice tanto por su valor de uso como por el valor simbólico que ha sido posible asociarle. Al analizar estos fenómenos se pone de relieve la naturaleza y lasposibilidades del proceso de satisfacción de las necesidades en nuestra sociedad en el momento presente y también que su realidad cada vez más compleja obliga a analizar el fenómeno del consumo como una práctica social vinculada tanto a las formas de producir como a los sistemas de valores que gobiernan los comportamientos humanos. Para que eso sea posible, me parece que es necesario considerar que el consumonunca resulta ser un acto aislado -como lo entiende generalmente la economía convencional-, ni inherente tan sólo a la simple individualidad, ni, por supuesto, el resultado exclusivo de una interacción automática y limpia entre la oferta y la demanda en el mercado. De hecho, para que pueda ser posible realizar actos de consumo es preciso participar en todo un entramado de relaciones sociales demuy distinta naturaleza: relaciones de intercambio complementarias encaminadas a obtener recursos que permitan financiarlo, relaciones jurídicas que establecen los límites de las conductas posibles para lograr la satisfacción, relaciones dirigidas a establecer la naturaleza y la cantidad de los objetos de los que luego se podrá disponer y, lo que es muy determinante, relaciones de aprendizaje quepermitan conocer el uso potencial de los objetos de cara a la satisfacción. Esto último significa, al contrario de lo que es mantenido por la economía convencional, que el sujeto no se enfrenta a los objetos como abstractos y que tampoco el consumo es un acto derivado intrínsecamente de la necesidad. En sentido estricto, tampoco la pura disposición del objeto es lo que proporciona necesariamente lasatisfacción. En tanto que algo es deseado como objeto del consumo, éste ya no se desenvuelve tan sólo en el ámbito de las cosas, sino en el mundo de las ideaciones y de los valores simbólicos que son inherentes a cualquier objeto. Así, mientras que la necesidad (entendida como la carencia que puede ser satisfecha objetivamente por algo que posea un valor de uso determinado) puede existir deforma natural, los deseos asociados a ella no; de tal forma que el patrón de la satisfacción no se resuelve tan sólo en virtud de la pura materialidad del objeto, sino también del juego de los valores que les hayan podido ser añadidos. De hecho, la respuesta humana frente a la necesidad está siempre determinada por un tipo específico de aprendizaje de los valores, de los usos y de las representacionessimbólicas que corresponden a las cosas que le son accesibles, de tal manera que el consumo no es una simple práctica de disposición de objetos, sino un auténtico proceso revelador de signos. Así, cualquier cosa que satisface objetivamente una necesidad puede no ser deseada para ese fin, mientras que el consumo de otra que de hecho no pueda llegar a satisfacerla puede ser deseado en la medida enque el disfrute de su valor simbólico se considere, en el mundo de representaciones del sujeto, como la satisfacción auténtica de la misma.
Si se rechaza la hipótesis convencional de que la producción y el consumo son instancias separadas que responden a fenómenos y estrategias divorciadas y que, por tanto, tan sólo el azar de los precios de mercado es capaz de hacer que se encuentren,...
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