La escuela que aprende
Páginas: 8 (1975 palabras)
Publicado: 2 de septiembre de 2010
Comentario a “La Escuela que aprende”
(Santos Guerra, Ed. Morata)
Exordio para el cambio
Previo a todo, mantendremos como finalidad última de la Escuela que aprende, la importancia de la capacidad de promover el deseo y la responsabilidad de aprender. Me sumo a las numerosas llamadas de atención que me hace el texto y agradezco su opción profunda por la liberación de todos a travésdel aprendizaje y de ayuda a los más desfavorecidos.
Me gustaría hacer dos alusiones al preámbulo que hace el libro para los ciudadanos críticos:
Respecto a la capacidad de interrogarse, creo que es necesaria. Una vez escuché en un recital de Benedetti que leyó en un graffiti que apareció en Quito (Ecuador): “Cuando teníamos las respuestas, nos cambiaron las preguntas”, en este sentidoque la capacidad de interrogarse nunca se convierta en la capacidad de dar respuestas, mejor hacernos grandes preguntas antes que vanagloriarnos de grandes respuestas.
Respecto a la investigación, solamente marcar una obviedad, y es que nos llevará al conflicto y al cambio. No seamos ingenuos pensando que transformar la sociedad es cuestión de bienpensantes y fórmulas universales. Elconflicto existe y enfrentarse a él es una de las cosas más maravillosas que yo conozco, pero a la vez significa sufrimiento, renuncia, tiempo, mirarse hacia el interior de uno mismo y ver vulnerabilidades y miserias, significa aceptar nuestros miedos y fragilidades, significa saber que controlamos muchísimo menos de lo que pensamos. El conflicto es bueno si conocemos sus experiencias y sabemos que alotro lado hay una versión más verdadera, real y esperanzadora de lo que somos.
El aprendizaje tiene que estar conectado con la mejora de la persona
Ante la reflexiva y profunda descripción de las características que tiene que tener una Escuela para poder definirla como que aprende, la primera sensación es admirar la capacidad que tiene el autor para desentramar los muchos parámetrosque influyen en esta propuesta de cambio. Me parecen especialmente reveladoras las ocho dimensiones que deben formar parte del curriculum de este tipo de escuela, en especial tener en cuenta la configuración psicosociológica de los alumnos, aspecto que es fundamental para conocer el contexto y los conocimientos previos (del constructivismo) y para saber adaptar el programa junto al proyectoeducativo a cada alumno en concreto y al aula en general. Y también he encontrado especialmente seductores los cuatro criterios que presenta para hacer viable en las Escuelas la cultura de la reflexión, en especial la colegiabilidad, o como a mi se me hace más sencillo llamarlo: el trabajo cooperativo, de identificarse con una meta común, de necesitar de los compañeros para tirar hacia delante unamaquinaria compleja y pesada, de saber descentralizarse, confiar, delegar, valorar, etc.
Ahora bien, en la misma medida que la lectura va ofreciendo aspectos reveladores, me resulta difícil no echar en falta un aspecto que tiene que ver con lo personal e íntimo del educador/maestro, ya que sólo desde ahí, considero que se pueden tomar las decisiones profundas que el texto propone comofundamentales para este camino hacia una Escuela que aprende. En una reflexión con un compañero del colegio, no hace más de dos semanas se nos ocurrían algunos aspectos del perfil de un buen educador:
1. Capaz de mirar hacia su interior (que no hacia su ombligo) y querer transformar todo aquello que considera importante para ser buena persona. Que no huya de sus conflictos personales, más bien queaprenda a sufrirlos, a aceptarlos y que eso le lleve a comprender al otro/a.
2. Capaz de aprender de los alumnos, de escuchar, de sacar las cualidades de cada alumno, de valorar lo mejor de cada uno/a, y ponerlo en marcha para beneficio de ellos/as mismos/as.
3. Capaz de sentirse responsable y pedir perdón, a la vez que sea digno y claro.
4. Capaz de mantener con los/as alumnos/as una...
(Santos Guerra, Ed. Morata)
Exordio para el cambio
Previo a todo, mantendremos como finalidad última de la Escuela que aprende, la importancia de la capacidad de promover el deseo y la responsabilidad de aprender. Me sumo a las numerosas llamadas de atención que me hace el texto y agradezco su opción profunda por la liberación de todos a travésdel aprendizaje y de ayuda a los más desfavorecidos.
Me gustaría hacer dos alusiones al preámbulo que hace el libro para los ciudadanos críticos:
Respecto a la capacidad de interrogarse, creo que es necesaria. Una vez escuché en un recital de Benedetti que leyó en un graffiti que apareció en Quito (Ecuador): “Cuando teníamos las respuestas, nos cambiaron las preguntas”, en este sentidoque la capacidad de interrogarse nunca se convierta en la capacidad de dar respuestas, mejor hacernos grandes preguntas antes que vanagloriarnos de grandes respuestas.
Respecto a la investigación, solamente marcar una obviedad, y es que nos llevará al conflicto y al cambio. No seamos ingenuos pensando que transformar la sociedad es cuestión de bienpensantes y fórmulas universales. Elconflicto existe y enfrentarse a él es una de las cosas más maravillosas que yo conozco, pero a la vez significa sufrimiento, renuncia, tiempo, mirarse hacia el interior de uno mismo y ver vulnerabilidades y miserias, significa aceptar nuestros miedos y fragilidades, significa saber que controlamos muchísimo menos de lo que pensamos. El conflicto es bueno si conocemos sus experiencias y sabemos que alotro lado hay una versión más verdadera, real y esperanzadora de lo que somos.
El aprendizaje tiene que estar conectado con la mejora de la persona
Ante la reflexiva y profunda descripción de las características que tiene que tener una Escuela para poder definirla como que aprende, la primera sensación es admirar la capacidad que tiene el autor para desentramar los muchos parámetrosque influyen en esta propuesta de cambio. Me parecen especialmente reveladoras las ocho dimensiones que deben formar parte del curriculum de este tipo de escuela, en especial tener en cuenta la configuración psicosociológica de los alumnos, aspecto que es fundamental para conocer el contexto y los conocimientos previos (del constructivismo) y para saber adaptar el programa junto al proyectoeducativo a cada alumno en concreto y al aula en general. Y también he encontrado especialmente seductores los cuatro criterios que presenta para hacer viable en las Escuelas la cultura de la reflexión, en especial la colegiabilidad, o como a mi se me hace más sencillo llamarlo: el trabajo cooperativo, de identificarse con una meta común, de necesitar de los compañeros para tirar hacia delante unamaquinaria compleja y pesada, de saber descentralizarse, confiar, delegar, valorar, etc.
Ahora bien, en la misma medida que la lectura va ofreciendo aspectos reveladores, me resulta difícil no echar en falta un aspecto que tiene que ver con lo personal e íntimo del educador/maestro, ya que sólo desde ahí, considero que se pueden tomar las decisiones profundas que el texto propone comofundamentales para este camino hacia una Escuela que aprende. En una reflexión con un compañero del colegio, no hace más de dos semanas se nos ocurrían algunos aspectos del perfil de un buen educador:
1. Capaz de mirar hacia su interior (que no hacia su ombligo) y querer transformar todo aquello que considera importante para ser buena persona. Que no huya de sus conflictos personales, más bien queaprenda a sufrirlos, a aceptarlos y que eso le lleve a comprender al otro/a.
2. Capaz de aprender de los alumnos, de escuchar, de sacar las cualidades de cada alumno, de valorar lo mejor de cada uno/a, y ponerlo en marcha para beneficio de ellos/as mismos/as.
3. Capaz de sentirse responsable y pedir perdón, a la vez que sea digno y claro.
4. Capaz de mantener con los/as alumnos/as una...
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