LAS MEDITACIONES DE RENEE DESCARTES.
Luego nos dice que va a dudar de todo, y nos da la razón: “Y, aunque la utilidad de una duda tan general no sea patente al principio, es, sin embar¬go, muy grande, porcuanto nos libera de toda suerte de prejuicios, y nos prepara un camino muy fácil para acos¬tumbrar a nuestro espíritu a separarse de los sentidos, y, en definitiva, por cuanto hace que ya no podamos tener duda alguna respecto de aquello que más adelante descu¬bramos como verdadero.”
La primera certeza a la que va a llegar es que el espíritu reconoce que es absolutamente imposible que él mismono exista.
Declara que el espíritu y el cuerpo son dos cosas distintas.
Para él “es imposible que la idea de Dios que está en nosotros no tenga a Dios mismo por causa.”
En la cuarta meditación, según nos cuenta, “queda probado que todas las cosas que conocemos muy clara y distintamente son verdaderas, y a la vez se explica en qué consiste la naturaleza del error o falsedad.”Meditación primera.
De las cosas que pueden ponerse en duda.
La primera meditación la comienza contándonos el proyecto que tiene pensado llevar a cabo en esta obra, y nos da también las razones de emprender tan ardua labor. Y nos lo relata de esta forma: “He advertido hace ya algún tiempo que, desde mi más temprana edad, había admitido como verdaderas muchas opinionesfalsas, y que lo edificado después sobre cimientos tan poco sólidos tenía que ser por fuerza muy dudoso e incierto; de suerte que me era preciso emprender seriamente, una vez en la vida, la tarea de deshacerme de todas las opiniones a las que hasta entonces había dado crédito, y empezar todo de nuevo desde los fundamentos, si quería establecer algo firme y constante en las ciencias.”
Ahora afirmaque se va a dedicar a destruir todas esas opiniones que había aceptado como verdaderas. “Así pues, ahora que mi espíritu está libre de todo cuidado, habiéndome procurado reposo seguro en una apacible soledad, me aplicaré seriamente y con libertad a destruir en general todas mis antiguas opiniones.” Pero nos dice que no es necesario demostrar que todas son falsas, porque además sería un trabajodemasiado largo, sino que con encontrar en cada una un motivo de duda, ya tendrá razón para rechazarla. Solo se quedará con las opiniones sobre las que no le quepa duda alguna.
El primer paso que toma es dirigirse a los cimientos de su pensamiento y nos da la razón de tal comportamiento: “por cuanto la ruina de los cimientos lleva necesariamente consigo la de todo el edificio, me dirigiré enprincipio contra los fundamentos mismos en que se apoyaban todas mis opiniones antiguas.”
Hasta ahora, todo lo que había admitido como verdadero, lo había aprendido de los sentidos, pero ha experimentado algunas veces que los sentidos engañan, y si le han engañado alguna vez pueden volver a hacerlo, por tanto no se fiará de ellos, y dudará de todos los datos proporcionados por ellos.
“En estemomento, estoy seguro de que yo miro este papel con los ojos de la vigilia, de que esta cabeza que muevo no está soñolienta, de que alargo esta mano y la siento de propósito y con plena conciencia: lo que acaece en sueños no me resulta tan claro y distinto como todo esto. Pero, pensándolo mejor, recuerdo haber sido engañado, mientras dormía, por ilusiones semejantes. Y fijándome en este pensamiento,veo de un modo tan manifiesto que no hay indicios concluyentes ni señales que basten a distinguir con claridad el sueño de la vigilia, que acabo atónito, y mi estupor es tal que casi puede persuadirme de que estoy durmiendo. Así, pues, supongamos ahora que estamos dormidos, y que todas estas particularidades, a saber: que abrimos los ojos, movemos la cabeza, alargamos las manos, no son sino...
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