profesor
Rachel L.Carson
Primavera silenciosa
A Albert Schweitzerque dijo:
El hombre ha perdido su capacidadde prever y de aprovisionarse.Terminará por destruir la tierra.
Los juncos se han marchitado en ellago, y ningún pájaro canta.KEATS
Soy pesimista respectoal génerohumano porque es demasiadoingenioso para su propio bien.Nuestra aproximación a lanaturaleza consiste en derrotarlahasta la sumisión. Nosotrosencontraríamos mejor oportunidadde sobrevivir si nos acomodáramosa este planeta y lo considerásemoscon aprecio en vez de escéptica ydictatorialmente.E. B. WHITEAgradecimientos
En una carta escrita en enero de 1958, Olga Owens Huckins me contósu propia y amarga experiencia acerca de un pequeño mundo construido sin vida, y aguzó así de nuevo mi atención hacia un problema que me había preocupado durante mucho tiempo. Entonces me di cuenta de que debía escribir este libro.
Desde entonces y durante años he recibido ayuda y estímulo por parte de tanta gente que no me es posible nombrarlos a todos aquí. Los que han compartido librementeconmigo los frutos de muchos años de experiencia y estudio representan una amplia variedad de Agencias gubernamentales en ésta y en otras naciones, diversas Universidades e Institutos de investigación y numerosos profesionales. A todos expreso mi más profunda gratitud por el tiempo y las ideas tan generosamente prestados.
Además, mi reconocimiento especial se dirige a aquellos que dedicaron horas aleer partes del manuscrito y a ofrecerme comentarios y críticas basadas en sus propios y expertos conocimientos. Aunque en definitiva la responsabilidad por la exactitud y validez del texto es mía, no podría haber completado el libro sin la generosa ayuda de estos especialistas: L. G. Bartholomew, M. D., de la Clínica Mayo; John J. Biesele de la Universidad de Texas; A. W. A. Brown de laUniversidad de Western Ontario; Morton S. Biskind, M. D., de Westport, Connecticut; C. J. Briéjer del Servicio de Protección de Vegetales de Holanda; Clarence Cottam de la Fundación Rob y Bessie Welder Wildlife; George Crile Jr., M. D., de la Clínica de Cleveland; Frank Egler de Norfolk, Connecticut; Malcolm M. Hargraves, M. D., de la Clínica Mayo; W. C. Hueper, M. D., del Instituto Nacional del Cáncer;C. J. Kerswill del Consejo de Investigaciones Pesqueras del Canadá; Olaus Murie de la Wilderness Society; A. D. Pickett del Departamento de Agricultura del Canadá; Thomas G. Scott de la Inspección de Historia Natural de Illinois; Clarence Tarzwell, del Centro Taft Sanitary Engineering y George J. Wallace de la Universidad del Estado de Michigan.
Todo el que ha escrito un libro basado en multitudde hechos diversos debe mucho a la sagacidad y ayuda de los bibliotecarios. Yo tengo tal deuda con muchos, pero especialmente con Ida K. Johnston, de la Biblioteca del Departamento del Interior, y con Thelma Robinson, de la Biblioteca del Instituto Nacional de la Salud.
En cuanto a mi editor, Paul Brooks, me ha prestado adicto estímulo a través de años y ha acomodado con alegría sus planes a...
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