Rawls
John Rawls
La expresión liberalismo político nos resulta familiar. Sin embargo, con ella me refiero a algo que pienso que es bastante diferente de lo que el lector probablemente supone. Quizás deba, entonces, comenzar con una definición del liberalismo político y explicar por qué lo llamo "político". Pero ninguna definición puede ser útil paraempezar a reflexionar. Por ello, comienzo con una primera cuestión fundamental acerca de la justicia política en una sociedad democrática: ¿Cuál es la concepción de justicia más apropiada para establecer criterios equitativos de cooperación social entre ciudadanos considerados libres e iguales, y miembros absolutamente cooperativos de una sociedad durante toda su vida, de generación en generación?Vinculamos esta primera cuestión fundamental con una segunda: la cuestión de la tolerancia tal cual es generalmente entendida. La cultura política de una sociedad democrática se caracteriza por albergar una diversidad de doctrinas religiosas, filosóficas y morales opuestas e irreconciliables. Algunas de éstas son perfectamente razonables; y el liberalismo político entiende que cuando las capacidadesde la razón humana trabajan en un marco de instituciones libres y duraderas, es inevitable que a largo plazo surja esta diversidad de doctrinas razonables.
Entonces, la segunda cuestión es: ¿cuáles son los fundamentos de la tolerancia así entendida, dado el hecho de que un pluralismo razonable es el resultado inevitable de un marco de instituciones libres? Combinando ambas cuestiones: ¿ cómo esposible entonces que exista, a lo largo del tiempo, una sociedad junta y estable de ciudadanos libres e iguales, que se encuentran profundamente divididos por diferentes doctrinas religiosas, filosóficas morales razonables?
El liberalismo político supone que las disputas más difíciles de resolver son aquellas, que se desarrollan en torno a las cuestiones más elevadas: la religión, las visionesfilosóficas del mundo y las diferentes concepciones morales del bien. Debería parecernos notable el hecho de que una cooperación justa entre ciudadanos libres e iguales, profundamente opuestos en las cuestiones señaladas, sea posible. De hecho, la experiencia histórica sugiere que tal cooperación tiene lugar en raras ocasiones. Si bien el problema señalado es, muy conocido, el liberalismo políticopropone una solución que no lo es. Para desarrollar esta solución necesitamos cierto conjunto de ideas asociadas. En esta conferencia expongo su contenido central y en el último punto (§ 8) ofrezco una definición.
§ 1. Dos Cuestiones Fundamentales.
1. Con respecto a la primera cuestión fundamental, el pensamiento democrático de los dos últimos siglos no ha llegado a un acuerdo acerca de la maneraen que las instituciones básicas de una democracia constitucional deberían ser articuladas para satisfacer criterios equitativos de cooperación entre ciudadanos considerados libres e iguales. Este desacuerdo resulta evidente cuando observamos las ideas profundamente opuestas acerca del modo más adecuado de expresar los valores de libertad e igualdad en los derechos y libertades de los ciudadanospara responder a las demandas de ambos valores. Podemos considerar a este desacuerdo como un conflicto dentro del mismo pensamiento democrático, entre, por un lado, la tradición asociada con Locke, que concede mayor importancia a lo que Constant llamará "las libertades de los modernos" (libertad de pensamiento y conciencia, determinados derechos básicos de la persona y de propiedad, y el imperio dela ley) y, por otro, la tradición asociada con Rousseau, que concede mayor importancia a lo quo Constant llamará "las libertades de los antiguos" (las libertades políticas iguales y los valores de la vida pública). (1) Este conocido y estilizado contraste puede ser útil para fijar ideas.
La justicia como equidad (2) en su intento por resolver la primera cuestión, procura superar e conflicto...
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