Ñaña.

Remembering Sunday

Mis parpados decaen lentamente, la brisa liberaba mi mente. Por un momento me senti desvanecer mis pies no soportaría por mucho mas... te busque tanto para perderte... te necesito Liz.
Un mes desde aquel domingo y es que lo recuerdo... por que era el día en que iba a pedirte matrimonio, ¿como no recordarlo?
[i]La cafetería era tan familiar para ambos, aquí desayunábamostodos los fines de semana. Ella tardaba demasiado, veía la aguja del reloj avanzar y aun no venia... empezar a ponerme nervioso mis dedos hacían ruidos molestos en la mesa. ¿Donde estas? , me preguntaba a mi mismo.
Termine desayunando solo, aunque mi comida tenia una enorme carita feliz la miá era de lo mas contrario. Me preocupaba demasiado que no haya venido... habíamos acordado hoy. Ella losabia. Ha de estar en su apartamento... corrí por las calles en dirección a el. Abran sido siete o ocho cuadras no puedo recordarlo,pero mi corazón palpitaba a mil y estaba tan agitado.
¡Hoy si que es mi día! Me encontré con la puerta del ascensor“ No funciona” un enorme cartel con letras negras y remarcadas. Di un largo suspiro al ver las escaleras. Bien... aquí vamos.
Mis labios se curvaron alllegar a su puerta. Di unos dos golpes y espere con ansias. Pasaron ocho segundos y empece a desesperarme ¿por no me abrían? Es que...¿no hay nadie?
Volví a tocar en un modo brusco.
– ¡LIZ SOY YO! ¡¿ESTAS AHI?! -golpe con fuerzas la puerta. Si seguía a si terminaría rompiéndola-- ¡NECESITO HABLAR CONTIGO! -mis puños decayeron en la puerta de madera. De mis labios se escapo un suspiro... Miles depensamientos de cruzaron por mi mente ¿Y si le paso algo? Es en lo que menos quería pensar.
– ¿Joe que haces aquí? -levante mi mirada del piso. Era ella. Me levante de un salto y me acerque para tomar sus hombros.
– ¿Por que me dejaste solo esperándote en la cafetería? ¿Donde rayos estabas? - Mi voz había aumentado de repente. No estaba enojado, solo un poco molesto.
– Yo... lo siento... de viavisarte que no podía ir -agacho la mirada. Agache mi cabeza y nuestras frentes chocaron.
– Esta bien, sabes que no estoy enojado. Entiendo -Sonreí con ánimos.- seguro otro domingo podemos desayunar juntos ¿no? -asintió- entonces no hay de que preocuparse.
– Siempre eres tan tierno, en ningún lado podría encontrar otro novio como tu...-sus brazos se entrelazaron por mi cintura, su cabeza quedoapoyada en mi pecho.- Te amo, Joe.
– Se siente bien escuchar eso, no necesitas otro novio. -tome de su mentón y me asegure que mirara fijamente mis ojos.- presiento que estaremos juntos para siempre...-tome de su mano y entrelace mis dedos con los suyos.
– Eso si me dejas dormir en las noches... -sonrió con inocencia.
– ¡Oh Disculpame! -dije con voz burlona. Me miro con una de sus cejaslevantadas.- Era una necesidad, te extrañaba. ¿O prefieres que no te llame? -soné de forma desafiante ella no le agrado para nada.
– Soy tu chica y es tu obligación llamarme. -ahora hablaba con seriedad. La mire con una sonrisa dulce, ella era tan linda hasta cuando se molestaba.
– Bien... Chica miá¿que le parece si tomamos un café dentro de su apartamento? - Pregunte rogando que diga si. Ya nosoportaba mas estar en estos pasillos.
– Tienes razón, aquí no se puede hablar en privado -subió el tono de su voz sonando molesta. Luego carcajeo levemente la puerta del apartamento se abrió en un girar de llames y me dio paso para entrar.
– Mi madre no esta... -sonrió traviesa. Jalo de mi mano y caí sobre ella encima del sillón. Nos quedamos en silencio con la mira fija uno al otro. Escuche elsonido de su respiración y lo nerviosa que estaba. Tomo de mi rostro y lo acerco a sus labios, sentí el dulce sabor de ellos. Sus dulces labios tenían el sabor mas exquisito del mundo nos separamos por un segundo su sonrisa juguetona me dio el pase a continuar. Con una enorme euforia bese sus labios su miembro carnoso pedía mas de mi, como buena persona que soy acepte a seguir, nuestro beso se...