Acto segundo
En el palacio real
Escena primera
Salen el rey Basilio y clotaldo.
CLOTALDO: todo como lo mandaste queda efectuado.
BASILIO: cuenta, clotaldo como paso.
CLOTALDO: fue señor de esta manera: con la apacible bebida que de confesiones llena hacer mandaste, mezclando la virtud de algunas hiervas, cuyo tirano poder, priva, roba y enajena, q deja vivo cadáver a un hombre, pues yaque hay venenos que matan y hay venenos q aduerman. Dejando aparte el dudar, si es posible que suceda, pues que ya queda probado con razones y evidencias… Con la bebida, en efecto, baje a la cárcel estrecha de Segismundo; Con el hable un rato de las letras humanas, en cuya escuela, la retorica aprendió de las aves y las fieras.
Encarecí el vuelo altivo diciendo: “Al fin eres reina de lasaves, y así, a todas es justo que te prefieras”. El no hubo menester mas; que en tocando esta materia de la majestad, discurre con ambición y soberbia; porque, en efecto, la sangre le incita, mueve y alienta a cosas grandes, y dijo: “que en la república inquieta de las aves, también haya quien les jure la obediencia”.
En llegado a este discurso, mis desdichas me consuelan; pues, por lo menos, siestoy sujeto, lo estoy por fuerza; porque voluntariamente a otro hombre no me rindiera.
Viéndole ya enfurecido con esto, que ha sido el tema de su dolor, le brinde con la pócima, y apenas paso desde el vaso al pecho el licor, cuando las fuerzas rindió al sueño, discurriendo por los miembros y las venas un sudor frio, de modo que, a no saber yo que era muerte fingida, dudara en su vida. En estollegan las gentes de quien tu fías el valor de esta experiencia, y poniéndole en un coche, hasta tu cuarto le llevan, donde prevenida estaba la majestad y grandeza que es digna de su persona. Allí en tu cama le acuestan, donde al tiempo que el letargo haya perdido la fuerza, como a ti mismo, señor, le sirvan, que así lo ordenas.
Y si haberte obedecido, te obliga a q yo merezca galardón, solo tepido –perdona mi inadvertencia-- q me digas, ¿que es tu intento, trayendo de esta manera a Segismundo a palacio?
BASILIO: clotaldo muy justa esa duda que tienes, y quiero solo a voz satisfacerla. A Segismundo, mi hijo, el influjo de su estrella, voz lo sabéis; que no es posible que mienta, y mas habiéndonos dado de su rigor tantas muestras, en su cruel condición.
Esto quiero examinar,trayéndole donde sepa que es mi hijo, y donde haga de su talento la prueba. Si magnánimo se vence, reinara; pero si se muestra el ser cruel y tirano, le volveré a su cadena. Ágora preguntaras, que para aquesta experiencia, ¿Qué importo haberle traído dormido de esta manera? Y quiero satisfacerte, dándote a todo respuesta. Si el supiera que es mi hijo hoy, y mañana se viera segunda ves reducido a suprisión y miseria, cierto es de su condición que desesperara en ella; porque, sabiendo quien es, ¿Qué consuelo habrá que tenga? Y así he querido dejar abierta al daño esta puerta del decir que fue soñado cuanto vio. Con esto llegan a examinarse dos cosas, su condición, la primera; pues el despierto procede en cuanto imagina y piensa; y en consuelo, la segunda, pues aunque ágora se vea obedecido, ydespués de sus prisiones se vuelva, podrá entender que soñó y hará bien cuando lo entienda; porque en el mundo clotaldo, todos los que viven sueñan.
CLOTALDO: razones no me faltaran para probar q no aciertas; mas ya no tiene remedio; y, según dicen las señas, parece que ha despertado y hacia nosotros se acerca.
BASILIO: yo me quiero retirar; tú, como ayo suyo, llega, y de tantas confusiones comosu discurso cercan, le saca con la verdad.
CLOTALDO: ¿en fin me das licencia para que lo diga?
BASILIO: Si; que podría ser, con saberla, que, conoció el peligro, mas fácilmente se venza.
Escena segunda
Base el rey Basilio y sale clarín.
CLARIN: “Aparte” (acosta de cuatro palos, que el llegar aquí me cuesta, de un alabardero rubio que barbo de su librera, tengo de ver cuanto...
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