Alejandro oliveros
CUERPO Y CARNE
No siempre el cuerpo es carne, reconoció Isidoro de Sevilla. Es normal ver cuerpos con vida, pero ausentes de carne,tales la hierba o los árboles.
Es algo más que tejidos y humores
la extensión de tibiezas y humedades
que descansa a mi lado. ¿Cómo limitar
a huesos y cartílagos sus abrazos?
El cuerpo puede sertanto la carne
como lo que no es. El espacio que llena
y mantiene. La imagen que permanece
en la memoria, con sus traiciones.
Isidoro de Sevilla habla de presencia,
de lo que está antes de lossentidos
y lo sentido. Un cuerpo es, también,
lo que no hemos imaginado.
Lo que no conocemos. Ni en el sueño ni en la visión
privilegiada. Salimos a la vida
en pos de ese cuerpo que es sóloreflejo.
Y nos entregamos, como Narciso, a lo que vemos en la superficie del espejo. Ojos verdes
o castaños que nos miran desde el anhelo.
Labios que nos hablan en silencio
y enseñan los perfumes de laaurora.
No siempre el cuerpo es carne, sigue Isidoro,
pero la carne siempre es cuerpo. Es
lo que recorro con las manos. La carne
amada y temblorosa, su lisura y sus honduras.
No es posible elcuerpo sin esta duración
turgente. El aire de sus ojos, el fuego
de sus párpados, las tierras de su vientre
y las líquidas vocales de sus labios.
CUANDO EL CUERPO HABLA
He observado cuerpos en lasposturas
más extremas. Desde el decúbito desnudo
del paisaje esplendoroso, largo y adormecido,
hasta la contorsión hueca y dolorosa.
A unos los he tenido en mis manos,
a otros, al alcance de unsuspiro.
Los he acariciado con mis manos
y los he compadecido con los ojos.
De tanto observar y tocar, puedo decir
que no se comunican con facilidad los cuerpos.
Les resulta arduo ponerse deacuerdo.
De pronto, parecen haber perdido
la capacidad de hablar. Y cuando hablan
no se entienden. Se dicen cosas, es cierto,
pero son palabras que no aparecen
en los diccionarios.
Entonces,los...
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